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Crítica de Música

Realismo mágico

Dos momentos de la actuación de Maga en el Teatro Central la noche del miércoles.

Dos momentos de la actuación de Maga en el Teatro Central la noche del miércoles. / reportaje gráfico: juan carlos muñoz

Tras cinco largos años volvía la banda sevillana Maga a dar un concierto en su ciudad, el punto y seguido entre el adiós a la gira que celebraba la reunificación del grupo en el decimoquinto año de su existencia y la próxima edición de un nuevo disco, que verá la luz el próximo 24 de febrero. Entre el futuro y el pasado.

"Indicando donde estoy" fue la primera frase de Maga; donde todos les esperaban, donde todos se les entregaron hasta el punto de que, apenas cuatro canciones después, el Teatro Central entero cantaba -las entradas se habían agotado con mucha antelación- y les acompañaba "nadando a mariposa entre las manos de su pequeña esquimal".

Las pesadas notas graves del bajo de Javier Vega lastraban las presencias sensoriales y percibíamos las canciones distorsionadas, irreales; pero la forma en que eran interpretadas por Miguel Rivera aportaba verosimilitud a la fantasía de sus piezas musicales.

Y comenzó a salir el resto de invitados a la fiesta. Pablo Cabra vino para sentir por una noche todo lo que se ha perdido al dejar de ser el batería de Maga. Mientras sigan vivos no podrán con ellos, cantaban en Hoy y Cabra volvió a sentirse "el rey del mundo" repetido una y otra vez en el estribillo.

Zahara trajo su voz para canciones llenas de paisajes analógicos y Anni B. Sweet para la tintada de minimalismo digital; Paula Padilla, del grupo O Sister!, para encendernos el alma cantando; la andrógina voz de Juano Azagra se ajustó a Piedra luna como si fuese una pieza de sus All La Glory y la de Javi Valencia, cantante de Full, le dio una pátina brillante a la historia gris y ciega de Celesta.

Luego, con sólo los cuatro de nuevo en el escenario, el tiempo dejó de ser lineal para convertirse en cíclico. La visión estética que Maga tiene de la música transforma cualquier canción, Medusa, Astrolabios, en una historia de realismo mágico.

La fiesta terminó con ellos cantándonos su versión de No mires a los ojos de la gente de Golpes Bajos. Pero sí que los miramos cuando íbamos saliendo de la sala y así pudimos apreciar que a todos nos brillaban.

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