Corpus Granada 2008

El Corpus, con escoltas

  • Los mosqueteros de Béznar volvieron a participar en la comitiva cívica y religiosa tras veinte años de ausencia. La custodia permaneció una hora y media en las calles, que ayer se quedaron pequeñas.

A los toldos, las hierbas aromáticas, los pétalos de flores y los altares que custodian y acompañan al Corpus Christi durante su recorrido por las calles de la ciudad se ha unido este año un nuevo elemento. La pólvora. Además, venida de la provincia, concretamente del pueblo de Béznar.

Tras veinte años de ausencia en la procesión del Corpus de Granada, ayer volvieron a participar en el cortejo los mosqueteros del Santísimo de Béznar, ataviados con vistosos trajes y gorros de flores y con impresionantes arcabuces (antecesores de los fusiles). Los custodios históricos del Corpus. Su primera aparición fue en la Plaza de las Pasiegas, donde los disparos al aire sorprendieron a las cientos de personas que esperaban la salida de la procesión.

Según explicó el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Juan García Montero, “tradicionalmente participaban en la procesión de la capital pero hace 15 o 20 años que no venían y este año se ha recuperado por invitación de la Concejalía de Relaciones Institucionales”.

Además de dar una nota de color a la procesión, su presencia se justifica en que su función es la de escoltar al Santísimo Sacramento. Una historia que se remonta a 1566 cuando rescataron al Santísimo en su municipio porque había sido robado por los musulmanes en contiendas armadas.

Pasada la novedad de esta edición, el resto de la procesión discurrió sin ninguna modificación importante. Al igual que tampoco cambió la presencia de miles de personas en las calles para vivir el día grande de la ciudad. La segunda escolta, pero en esta ocasión ya humana.

Desde primera hora de la mañana se notaba en el ambiente un halo especial. A las 08:00 ya había gente ocupando el recorrido oficial con sillas propias o alquiladas para ocupar un puesto privilegiado y ver en primera fila la procesión. El ingenio se aviva en estos casos y había desde los que colocaban carteles impresos con la inscripción “Reservado” y el nombre de la persona, a los que ataban con cuerdas las sillas alquiladas o los que dejaban alguna prenda de ropa para hacer notar que ese asiento ya tenía dueño.

Importante era calcular el paso de las horas y ver el movimiento del sol para que no diera de lleno en el momento de la procesión.

De los madrugadores fue Antonio Rodríguez, que se levanta a las siete de la mañana todos los días de Corpus, se pone su traje y va a reservar sillas para la familia. “Me gusta venir todos los años. Hay muy buen ambiente por la mañana, veo los altares, cómo echan las hierbas y luego a esperar. Pero se hace muy largo y luego está el listo que llega el último y se queda en primera fila”, dijo.

Luego están los que hacen la ruta por los altares, siete este año, para ver bien todos sus detalles antes de la procesión. Espigas, flores, custodias, velas, todo vale. Importante y novedoso fue también la recuperación este año del altar municipal en la Plaza del Carmen. Grande pero falto de más elementos decorativos y arquitectónicos.

La alfombra de hierbas aromáticas quedó muy bien, muy tupida y abundante. Este año se incluían también margaritas y tomillo.

Pasadas las 11:15 llegaron a las Pasiegas los integrantes de la procesión civil municipal. Los cabezudos, gigantes, la Tarasca y la corporación municipal acompañada por todo un cortejo histórico con los elementos representativos de los Reyes Católicos. También el grupo de bailes regionales y la banda de música.

Fue el comienzo de la salida de la procesión, que tardó una hora en ponerse en la calle. A las 12:30 salía finalmente la Custodia, bajo una estruendosa traca de cohetes, que se repitió al regreso.

El nuevo protocolo de organización, que buscaba agilizar su salida, se notó casi exclusivamente en el primer tramo, el de los niños de comunión, que recorrieron las dos primeras calles del itinerario casi corriendo. Luego, ritmo normal aunque fluido y los parones tradicionales.

Tras los niños de comunión, la representación de las hermandades y cofradías de Granada y la provincia. Las de Semana Santa, las más numerosas aunque no fueron todas. Lo que se notó este año fueron pocas mujeres vestidas con mantilla blanca, como recogía la tradición. Sólo en media docena de corporaciones.

Después, el clero. Diáconos, frailes, seminaristas, sacerdotes y los canónigos catedralicios precedían el paso de la Custodia, que durante todo el recorrido, pero sobre todo en la calle Marqués de Gerona, recibió numerosas lluvias de pétalos en honor al Santísimo.

Los costaleros sacramentales estuvieron mandados por los capataces José Carvajal y José Luis Peña.

Poco más de una hora y media estuvo en las calles el Santísimo, con paradas en los altares pero a un paso tradicionalmente ágil. Tiempo en el que los aplausos casi no cesaron. Cuando una persona lo iniciaba se sumaba las cientos que había alrededor. Porque las aceras, ayer, parecían más anchas. El metro cuadrado de suelo se cotizaba al alza y la gente luchaba por buscar un buen sitio.

Porque había mucha gente. No sólo “toda Granada”, como se suele decir, sino también su provincia. Hubo personas que tuvo que dejar el coche por el Palacio de Congresos y a las afueras porque no había sitio.

“Es increíble ver tanta gente. Más que en Semana Santa o la Virgen de las Angustias. Hoy es un día precioso y merece la pena venir. Y con las mejores galas”, aseguraba Nieves Martín, que tuvo suerte y encontró sitio sin madrugar. “No imaginaba que iba a poder llegar hasta aquí –la calle Marqués de Gerona–. Es el primer año que la veo tan cerca”, dijo.

Tras la Custodia, el arzobispo que, cómo no, pasó toda la procesión saludando y bendiciendo a niños. En la eucaristía tuvo que pedir silencio varias veces. “Esto no es la feria”, decía. Le seguían las representaciones institucionales: Diputación, el Madoc, con su teniente general jefe, Manuel Ramón Bretón, y el Ayuntamiento. Todos, menos Izquierda Unida. El PSOE, encabezado por su portavoz Javier Torres Vela, y el PP, con todos los concejales y el alcalde, José Torres Hurtado.

Concluida la procesión, vuelta a la normalidad. Hasta el domingo, con la octava.

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