Pueblos blancos

El olivo en Cádiz

  • El olivo es una actividad fundamental en la historia de Andalucía, cuya producción se remonta a hace más de 3.000 años. Lo que quizás no se conozca lo suficiente es la importancia de este cultivo en la provincia de Cádiz.

El olivo en Cádiz

El olivo en Cádiz

Un paseo por las tierras y los bosques que bordean el río Guadalete y por algunos de los famosos pueblos blancos, sería también un paseo por la historia del aceite. Sirva de ejemplo el pueblo de Olvera, que recibió su nombre del árabe Wubira, aludiendo alas abundantes olivareras que existían allí en tiempos de Al-Ándalus. Aunque el olivar de la Sierra de Cádiz supone menos del 2% de la producción nacional, la excepcional calidad del producto dio lugar a que en el 2002 fuera reconocida la DOP Sierra de Cádiz. En la actualidad cuenta con más de 20.000 hectáreas de zona protegida, que producen el 85% del aceite elaborado en la provincia de Cádiz.

La comarca de la Sierra de Cádiz se encuentra repartida entre dos constituciones geográficas distintas y separadas por el río Guadalete. De un lado está el macizo de Grazalema, y de otro, la zona noroeste, donde se concentra principalmente la producción del olivar. Los municipios implicados en la provincia de Cádiz son siete: Olvera, Algodonales, Setenil de las Bodegas, Zahara de la Sierra, Alcalá del Valle, El Gastor y Torrealháquime, y también se incluyen dos municipios en la provincia de Sevilla: Coripe y Pruna. Algunas de estas localidades son internacionalmente conocidas por formar parte de la Ruta de los Pueblos Blancos. En ellos perviven historias de lo que fue la vida cotidiana de Al-Andalus: el trazado urbanístico de sus calles, la economía ligada al cultivo del aceite, la producción artesana de los artículos de piel y el dulce recetario andalusí.

Otra de las características más acentuadas de la Ruta de los Pueblos Blancos es la existencia de un abundante patrimonio arqueológico que abarca desde hace 250.000 años hasta la actualidad. El aprovechamiento del agua y la producción del aceite, por su parte, han generado una ingeniería hidráulica de alto valor patrimonial en la que destacan los molinos y las almazaras. Y tanta historia sucede en un paisaje declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO como es la Sierra de Grazalema, donde se registra la mayor pluviosidad de la Península Ibérica. Está poblada de numerosas grutas y con cañones tan sorprendentes como el de la Garganta Verde. Un paisaje que parece imposible al visitante estando a tan pocos kilómetros de la playa.

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