Las claves del tricentenario

El tercio de frutos referente agrícola y comercial gaditano

  • Los comerciantes de la ciudad participaban legalmente también del monopolio sevillano

El paso efectivo de la Casa de Contratación a Cádiz en 1717, supone la culminación del proceso de la definición cualitativa de la Bahía de Cádiz como zona comercial americanista. Durante los siglos XVII y XVIII, el derecho a cargar mercancías en las Flotas de Indias, era un disfrute del que se beneficiaban los comerciantes sevillanos aunque se reservaba a Cádiz una parte de la capacidad de la flota. Del total de toneladas señaladas para cada flota, una tercera parte se les reservaban a los comerciantes gaditanos que de esta forma participaban legalmente del monopolio sevillano. Las restantes toneladas del buque se subdividían en otras tres partes, de forma que una se destinaba a los cosecheros y dos a los comerciantes; así pues, los cosecheros gozaban de los 2/9 del buque (espacio) total. Las toneladas del tercio de Cádiz también se subdividían en tres partes y con el mismo criterio que en Sevilla: 1/9 para los cosecheros y lo demás para los comerciantes. El tercio de frutos se regulaba en las flotas que se despachaban al Virreinato de Nueva España donde se celebraba la importante feria de Jalapa. El concepto de cosechero se vinculó a la propiedad agrícola, propietarios de viña y olivar, que comercializaban en la Carrera de Indias sus productos: vino, aceite, vinagre y aguardiente. Los cosecheros de vino eran los viticultores. Sus funciones consistían en el cultivo de la vid y la elaboración del mosto y de vinos en claros y añejos. A su vez, los hacendados eran los grandes cosecheros propietarios de viñas dotados de plantaciones y caserío con instalaciones vitivinícolas.

Guillén. Guillén.

Guillén.

Conocido el número de toneladas se procedía al reparto de las pipas en los distintos barcos. Este hecho tendrá importantes enfrentamientos entre los cosecheros de Sevilla, Cádiz, El Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda, en el proceso de las ocho flotas que se formalizaron. El primero fue por la participación en el tercio de Cádiz, y termina con la decisión de Patiño en 1738 de dar la razón del embarque a Cádiz. En las dos siguientes -1757,1760- solo entran en el repartimiento Sevilla y Cádiz, aunque en las tres siguientes -1768,1772, 1776- las poblaciones pequeñas participan de pleno derecho. Cada tonelada se convertía en dos pipas, y estas en 12 barriles. Los productos se remitían en pipas o en barriles de 4.5 arrobas, asimilando cada pipa a 6 barriles, los que sumaban 27 arrobas. Cifra en las que se regulaban 10 frasqueras de aguardiente. El cosechero que no tuviera estas dos especies podía cargar 30 arrobas de aceite en botijuelas en lugar de pipas. Para el repartimiento, las suertes se reducían a 4.000 cepas y el plantío de olivar fructífero a 60 pies cada aranzada, estableciéndose la relación para la participación en 6 aranzadas de olivar por una de viña. La flota mayor fue la de Carlos Regio en 1760 que llevaba 8.492,75 Ton, en 13 mercantes, con dos navíos de guerra. Hablar del vino es hacerlo de la agroindustria gaditana, sobre todo en el ámbito portuense donde dedicaban su producción al comercio local, a la exportación americana y europea, al abasto de Cádiz y zonas adjuntas de la Bahía. El aceite, dependía del abastecimiento de las ciudades para poder exportar. El aguardiente tenía un cierto predominio catalán tanto por la falta de destiladores como por las relaciones comerciales catalanas con comerciantes gaditanos, básicamente con la familia Arizón. En las flotas se enviaron 41.555 barriles de vino, 47.991 de aguardientes, 56.669 arrobas de aceite, y 783 de vinagre. El aceite es dominado por Sevilla por la aportación de las localidades cercanas como Dos Hermanas o Alcalá de Guadaira. El vino procede más de las ciudades gaditanas como El Puerto pero sobre todo de Sanlúcar. No todos los productos repartidos se respetaban pues muchos cosecheros cambiaban los frutos que remitían, los lugares de procedencia, y otros los compraban.

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