Atrapa la bandera. Animación, España, 2015, 97 min. Dirección: Enrique Gato. Guión: Jordi Gasull. Música: Diego Navarro.

Atrapar la bandera, sí, ¿pero cuál? La norteamericana, por lo visto. El nuevo filme de animación de Enrique Gato y Mediaset (Cultura europea es su lema) tras el éxito de Las aventuras deTadeo Jones vuelve a suscitar, al menos en este cronista, el debate sobre la identidad del cine español en tiempos globalizados. Y es que este nuevo producto comercial para el público infantil insiste en borrar aún más si cabe toda huella de españolidad en la mera profesionalidad de su acabado técnico, sin duda equiparable al de otras producciones de primera línea en el género, para plantear un imaginario de segunda mano, hecho de recortes y citas identificables para niños y adultos, en el que EEUU, su más tópico way of life y su bandera, presente en casi cada uno de los planos sintéticos del filme, son los auténticos protagonistas y referentes de una aventura espacial dispuesta a reconciliar a la familia como epicentro y fuente de toda la felicidad y el amor de la existencia.

Estamos, por tanto, ante una nueva operación de despersonalización que apela a sus innegables logros tecnológicos y a las capacidades imitativas de modelos y clichés ajenos como principal reclamo, abandonando toda posible aportación cultural propia (a lo sumo en las molestas voces del doblaje) a un terreno que, por fortuna, sí que plantea interesantes alternativas en los márgenes del estándar mayoritario, de Ocelot a Moore.

Lo que alimenta y agita Atrapa la bandera es la nostalgia (generacional) por el cine juvenil americano de los ochenta, el regreso de la pandilla de amigos metidos en líos y aventuras, el sueño de viajes a la luna con guiños adultos (Kubrick, los space cowboys de Eastwood) y peajes infantiles (el lagarto verde que acompaña la odisea), en un formato animado ampuloso y de dudoso diseño neutro que, efectivamente, podría pasar perfectamente por norteamericano. Si estas son las grandes conquistas globales a las que aspiran la cultura "europea" o "española" que no cuenten con mi aplauso.