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Chiclana

La sugerente voz de Anna María Jopek embelesa al público del Moderno

Anna María Jopek. Cantante y compositora polaca. Comienza su carrera en el año 1997 con un primer disco titulado Alejestem y sus siguientes trabajos la van consolidando como una de las principales voces del género en Europa. Telonera de Sting, participante en el festival de Eurovisión, compartiendo escenarios con el genial Pat Metheny, considerada la reina del jazz polaco, alcanza su esplendor en 2002 con su disco Upojenie.

Acompañada por tres excelentes y versátiles músicos, Jopek derramó en la noche del sábado sobre las tablas del Teatro Moderno toda la intensidad que habita en su voz. Mezcolanza, variedad, insaciable tránsito por estilos y tesituras sonoras. Desde la potencia del rock sinfónico, pasando por canciones más intimistas, canciones trenzadas de susurros y ojos cerrados, sin olvidar el jazz, un jazz que parece transitar con la sinuosidad de los fantasmas por cada uno de sus temas. Y como en todo buen concierto de jazz, también hubo espacio y tiempo para brillantes momentos de improvisación de los músicos. Instantes donde Anna María Jopek se coloca al fondo del escenario, en un segundo plano y como una espectadora ensimismada más, se deja llevar por las incursiones y malabarismos sonoros del guitarra Marek Napiórkowski (intenten reproducir su apellido), el bajista Robert Kubiszyn y el batería Pawe Dobrowolski.

Jopek se mostró durante toda la noche cercana, sonriente, alegre y agradecida ante la constante entrega del público asistente. Inolvidable tema el que Jopek interpretó sentada en el borde mismo del escenario. Breves y certeros arpegios de la guitarra, su voz de flautista de Hamelín y el silencio profundo del público.

Anna María desgarra el silencio en los temas más contundentes, temas preñados de rock y garitos cocidos de nicotina y varios minutos después es capaz de embriagar al auditorio con su envolvente y sensual voz, una voz que Jopek pone al servicio de sus intuiciones, de sus variados e inclasificables registros.

Público puesto en pie. Fuertes aplausos. Y Jopek que se despide junto a su banda radiante y sonriente.

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