Chirigota

Los que vienen de marea

Localidad: Cádiz

Letra: Juan Manuel Braza Benítez 'el Sheriff' y Francisco José Fernández Díaz 'Toté'

Música: Juan Manuel Braza Benítez 'el Sheriff'

Dirección: Juan Manuel Braza Benítez 'el Sheriff'

el tipo. Vacaciones en el mar.

Un crucero que se mantiene a flote por las coplas. La marea acerca a este crucero a la ola de las semifinales, aunque pueden quedarse en la orilla. Pasodobles que alivian la resaca de la barra libre. Una primera copla para reivindicar el Carnaval verdadero. Una fiesta en la que la rivalidad era "cantar la mejor letra", cuando lo que de verdad preocupa a los autores es "quién maneja nuestra fiesta". Piedras a un barco en el que "no luchamos por nuestras costumbres", mientras que lo que suena a Carnaval es "el circo de El tangai". Una fiesta que reconocen que están traicionando "por 30 monedas". Poco más que añadir dentro del metacarnaval. La crítica se transforma en un piropo a Andalucía a través de todas sus playas desde Huelva a Almería.  Una región que es "el paraíso" y "la reina de los mares porque Dios lo quiso". Otro enfoque para un mismo tema. Se meten en agua tapá, como el nombre de su crucero , en los cuplés. Ambos subiditos de tono. Se compran en el primero el aparato que traduce los ladridos de los perros. Su can coge por banda a una hembra y les contesta que es lo mismo que hace su parienta. Reaparecen en el segundo los geles de frío y calor para las relaciones íntimas. Por culpa de un error, ella se pone el de frío y le salen estalactitas en las susodichas partes, mientras que él se pone el de calor y se le ponen los huevos duros.  Pasados de revoluciones los dos. A pesar de estar en un todo incluido, la pulsera no les asegura repetir en el buffet del Falla

 

EN CUARTOS

las coplas. Un viaje de placer. El segundo de la noche, pero en éste se puede disfrutar de un todo incluido. Borrachera de risas con los cócteles de bienvenida.  Con la música del pasodoble acabamos en agua tapá. No todos los cruceros son para hacer turismo. Hay otros en los que se busca la libertad. Sheriff y Toté tratan el drama de la inmigración a partir de una historia en la que le pide  a su hijo que no tenga miedo por el viaje que van a realizar, ya que van "rumbo al paraíso" y dejarán atrás el infierno que han vivido una vez que crucen el Estrecho de Gibraltar. En la segunda letra, saben jugar con el año de las comparsas en lo que parece que es uno de tantos homenajes a la chirigota. Pero le dan la vuelta y declaran como reina, tal y como les confiesa las bambalinas, a María de la Hierbabuena, por la que el Gran Teatro Falla "llora de pena". La marea baja un poco en la tanda de cuplés con respecto al primera pase. Primero, su vecina Manoli, que pesaba 200 kilos y la dejó el marido, se marcha con un negro y se demuestra que el blanco engorda y el negro adelgaza. Luego, un peo está mas afinado que Kiko Rivera. Se quedan en regulares.  Fuegos de artificio con la inclusión de una conga en el popurrí.

EN PRELIMINARES

las coplas. Como para no acabar mareado. El capitán Sheriff comanda una tripulación que recuerda a la famosa serie televisiva. Navegan por el mundo en su crucero Agua Tapá, que es como están ellos con los cócteles de bienvenida y el ritmo que mantienen. Van a conocer los encantos de Cádiz al atracar en su puerto. A bordo de la embarcación, Rajoy recibe una piña colada -humor negro, ¡bien!-. Un todo incluido para disfrutar. Aunque uno se entona más con la música del pasodoble que con la barra libre. ¡Sheriff de mi vida! Con la introducción de Vacaciones en el mar nos sumergen en un viaje en el que el trío , piano, pero bien modulado para entender la letra, te hace imaginar el vaivén de las olas. Los arranques y el compás chirigotero hacen el resto. En la primera letra, de presentación, definen cómo es su pasodoble y el veneno de la pasión que hace que deseen "naufragar en este mar de coplas". Poesía de medida que nos permite disfrutar al llevarnos "la corriente hasta la orilla".  En la segunda, utiliza como recurso los nombres de agrupaciones en las que ha salido Kichi -recurso que ya ha salido -  para recriminarle que "tus recetas no servirán por quitar un Belén o el palco de las ninfas" -pequeño palito- y pedirle que demuestre que "a Cádiz no la gobierna un menda lerenda". Se sale de la tónica general y lo resuelve bien.  El gafe de  Fernando Alonso copa una buena tanda de cuplés al dejar parado a su primo al día siguiente de hacerse una foto con él  y  al parar un meteorito al subirse a él. Un popurrí frenético, marca de la casa, nos invita a ponernos la pulserita. Una biodramina, por favor. 

 

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