ESTO hay que cambiarlo, todavía estamos a tiempo de volver a una fiesta local con señorío, no unos carnavales en las que los gaditanos aprovechen que el lunes es festivo para ir a Jerez al Ikea. Ayer pusieron en esa macrotienda hasta tanguillos en la música de ambiente.

¿Qué categoría puede tener una fiesta en la que su máximo exponente, la Diosa del Carnaval, se corta el pie con una botella rota y tiene que ir a Urgencias?

Eso nada más que pasa en el Carnaval de Cádiz. Nadie puede pensar que las Fallas de Valencia sean una fiesta tan chunga como para que la Fallera Mayor pueda tener la remota posibilidad de cortarse su linda planta del pie con una botella rota. Sin embargo eso es normal en los carnavales de Cádiz y a nadie le extraña.

¿Qué categoría puede tener una fiesta para que en una sola noche genere 115 toneladas de residuos en las calles, plazas y jardines del centro? Ese es el número de kilos de mierda que ha generado el primer sábado de Carnaval de Cádiz. Un éxito.

Qué se hace en una fiesta como el Carnaval de Cádiz para que, a pesar de que se instalan 276 inodoros y 122 aseos químicos por las calles, amanezca la ciudad inundada de meadas y vomitonas?

Cádiz ya no es la tacita de plata, ahora no es más que la taza del bate.