FÍJENSE, carnavaleros de urinarios públicos, barras de aluminio en las calles, vasos de plásticos, orines por doquier y bocadillos de mortadela. Fíjense bien cuando vean en los telediarios (sí, ese programa aburrido que en casi todas las cadenas ponen a las tres de la tarde) imágenes del resto de Carnavales del mundo. Eso sí que son carnavales, aunque Julio Pardo diga que el del Falla es el mejor.

Cada día vemos cómo se preparan en Canarias para los desfiles carnavalescos de las diferentes localidades. Eso sí que es colorido, pomposidad, espectáculo, y no las comparsas de ustedes o las ilegales con litronas en la mano y la pava pegada al labio.

Vean también como el sambódromo de Brasil empieza a temblar para los desfiles de cuerpos morenos y las plumas y grandes estructuras de los disfraces de amplios sombreros y carrozas decoradas con profusión de luz, color y sonido. Igualito que los papelillos y las serpentinas mezcladas con DYC y orines que desde hace días anegan las calles del Carnaval de los poetas de la Caleta.

Y fíjense también como lo celebran en Montevideo, por ejemplo. Fíjense en las cachas que lucen todas las gachises. Y ustedes aquí con mariposones por la Avenida y con María la Yerbabuena dando gritos colá en el teatro.