El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

El cañamaque

La rivalidad de las coplas

SE acabó el Concurso y a cada uno le habrá dejado sensaciones diferentes. A mí me ha dado la impresión de que un alto porcentaje de agrupaciones han venido faltas de contenido, carentes de frescura y redundantes en poco más de lo mismo. ¡Que sí! Que el Falla, que la Caleta, que los 3.000 años, que la cuna de la libertad y que la tacita rima con bonita, que sí, pero esto no es un concurso de piropos. Es un concurso de coplas y las coplas de siempre hablaron de celos, desamores y críticas. Mucho se ha hablado, cantado y escrito sobre la guerra dialéctica y el despelleje de algunos autores entre sí. Esto siempre ha existido en nuestra fiesta, por los piques naturales de que aquí todos somos los mejores y merecedores del primero. Pocos, muy pocos, son los que reconocen haberse equivocado, a bote pronto, ese año por no dar con la tecla en letra, tipo, música, grupo...

'Los marcianos' y 'Los bichitos de luz' hicieron famosos a dos tangos de picaera que pasaron a la historia. También se quedaron para siempre los mosqueos entre el que tenía por novia a la Caleta y el que lo mandó de la comparsa a la chirigota para siempre. Por no acordarnos del gallinero entero corriendo hacia la puerta trasera del Falla para ver si había tortas entre 'La Revolución' y 'Los Ángeles Caídos'.

Bendita picaera que trae incertidumbre al aficionado, aunque las letras más recordadas y cantadas por los que morimos por esto siempre han sido piropos como el de "gaditana, mi rosita temprana" o el "Vaporcito del puerto" y más recientes como "Mostraores de la Viña" o "Me han dicho que el amarillo". Eso sí, lo peor de todo es que se te quede a medio camino y hagas un piropo a un rival, que acaba de salir de una enfermedad (por ejemplo) lanzando dardos envenenados en esa misma letra.

No sería muy normal que un coro que siempre canta ligth viniera con un tango metiéndose con un autor. Sabemos en Cádiz quiénes son los autores que cada año dicen algo trascendente y sabemos quiénes son los que nunca dicen nada al poder ni a la oposición. Yo mantengo que en las tablas nos podemos dar caña sin llegar al insulto; esa es la picaresca o el morbillo que hacen posible la salsa del concurso y de la fiesta.

Lo anormal, patético e inconcebible es que en un foro de carnaval se estén despellejando a unos y otros sin ningún tipo de reparo o moderación. Eso no beneficia en nada a nuestro Carnaval. Las coplas van firmadas por autores e intérpretes que podemos ser más o menos hirientes, pero son valientes, son de hombres. Lo que no es de valiente es aprovechar la oscuridad del Falla o lo asolapado del ordenador para poner como los trapos a mis hijos ni a los hijos de nadie. No soporto esa lacra de cobardes escondidos para hacer daño. Esos son simplemente unos hijos de... (terminen ustedes la frase).

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios