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Charlas de ambigú

La risa como un todo

HAY una frase muy repetida en los últimos años que, sinceramente, creo que se aleja de lo que es realmente el Carnaval en algunas de sus modalidades. A las chirigotas y cuartetos se las valora por un 'risómetro'. Cuanto más haga reír mejor es. Es una frase muy recurrente sobre todo de aficionados de fuera de la capital esa de "te ríes con ella (él)" sobre una chirigota o un cuarteto. Y pienso que caemos en un grave error si los aficionados de Cádiz, los que superamos Segundo de EGB (o Primaria, para no ser tan antiguo) de Carnaval con ocho o nueve años, nos dejamos llevar por esa corriente.

Conste que me considero aperturista en cuanto a la llegada de agrupaciones de fuera y la exportación de las coplas. Grupos de fuera aportan mucho y muy bueno. Otros, evidentemente, no tanto. Como los de aquí. Pero ese pensamiento de hacer reír a cualquier precio como baremo está calando en los aficionados de Cádiz. Chirigotas y cuartetos tienen que hacer reír en todo momento. Y no creo que sea ni deba ser así.

Como todo en el Carnaval hay sitio para todas las tendencias, pero no se puede excluir a la contraria. Hay estilos que apuestan por hacer reír siempre y otros que llevan otra línea. No todo lo que nos hace reír es bueno. Echamos un buen rato mientras actúan, cierto, pero no tienen porqué ser buenas agrupaciones. Y mucho menos despedirlas con el Falla en pie, como algunos Expedientes X que cada año, desde hace algunos, se producen en el concurso.

Una buena chirigota o un buen cuarteto tiene que tener una coherencia. Un porqué de las cosas. Debe contar una historia y seguir el hilo argumental que marca el tipo. Un tipo que, evidentemente, debe quedar bien explicado en el repertorio. No vale hacer reír todo el tiempo con cuestiones que en nada se adaptan a lo que representan.

Un buen cuarteto o una buena chirigota debe tener el máximo de elementos humorísticos originales, sin excluir que pueda beber de otras fuentes o hacer algún tipo de guiño. Pero debe traer golpes de humor nuevos, sorprender con el giro que se le da a una letra para hacer reír. No es de recibo tirar de chistes más o menos nuevos o más o menos conocidos, repetir personajes o calcar ideas ya escuchadas en el Falla.

Una buena chirigota o un buen cuarteto debe ser original al máximo en su planteamiento, en su idea y/o en su tipo. Y si toca un tema o tipo ya visto, darle una vuelta de tuerca. Aportar algo nuevo. No vale de nada hacer un batiburrillo de tipos ya vistos, tres o cuatro, mezclarlos, y ponerlos en escena sin ningún rubor. Y prácticamente lo mismo se puede decir de las músicas.

Una buena agrupación, en definitiva, debe cuidar la forma tanto como el fondo. Debe contar una buena historia, que además te haga reír. Debe mimar todos los detalles, desde los ecos que pueda tener una música a los engarces del popurrí.

No digo con esto, que un buen cuarteto o una buena chirigota esté obligada a tener un mensaje, una proclama, un contenido más allá del humorístico; como tampoco debe tener en la risa su único resorte.

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