El ambiente

Todo queda en familia

  • Los incondicionales de las agrupaciones de fuera de la capital animaron el ambiente en una noche escasa de público • Sentido homenaje al letrista Enrique Villegas, arropado por sus allegados sobre las tablas

Ya pasaba de largo la hora de comienzo de la sesión y el Falla seguía vacío. Con cuentagotas al principio, de golpe después, el público fue ocupando sus asientos, bastantes de los cuales quedaron vacíos durante toda la noche. Esta primera jornada comenzó con un homenaje al reconocido letrista Enrique Villegas, al que se dedica el concurso de este año. La Orquesta Caballati abrió el acto tocando con su particular estilo el pasodoble ‘Quince Piedras’. El autor, visiblemente emocionado, leyó un sentido discurso agradeciendo a los gaditanos su cariño durante todos estos años y el apoyo de su familia, íntimamente ligada a la fiesta.

Tras este merecido reconocimiento, y más de una hora después de la prevista, comenzaba el desfile de agrupaciones por las tablas del Falla. El público, sin embargo, no mostró impaciencia. Será porque paciencia es precisamente una de las cualidades que otorga el cariño, elemento preponderante en la sala por el hecho de que la gran mayoría del público eran familiares y amigos de los miembros de algunas agrupaciones. Las de Barbate, Jerez y Chiclana, sobre todo, estuvieron arropadas por los suyos, que animaron una noche por lo demás apagada, regalando piropos y ovaciones a sus marineras, conquistadores y novios ‘desesperaos’.

Sólo la emoción de ver sobre las tablas una cara conocida animó a un graderío del que surgieron, como cada año, las tradicionales palmas y los cánticos de la incombustible María de la Hierbabuena.

El retraso en el comienzo alargó la sesión hasta altas horas de la madrugada, concretamente hasta pasadas las 3.00 horas, lo que provocó la desbandada de gran parte del paraíso y algunos palcos bastante antes del punto y final de la noche. Sólo los incondicionales que habían ido acompañando a los suyos aguantaron estoicamente hasta el último minuto. Las ninfas, a última hora, pusieron un toque de alegría arrancándose a cantar y bailar en su palco, no siendo, sin embargo, excesivamente atendidas por el resto de la sala.

Una primera noche fácilmente superable, tanto en las tablas como en las butacas, marcó el principio del Concurso. Previsiblemente, el ambiente de la segunda sesión superará cuantitativa y cualitativamente al de esta inaugural.

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