comparsa

Los pequeños

El tipo. Gnomos que se preparan para batallar contra los gigantes. Las coplas. Una revolución de los pequeños contra los grandes males de la sociedad. Una lucha de los que están en la escala social más baja contra los de arriba. Estos gnomos conileños dan un toque de atención en su presentación -tal vez su pieza más lucida, aunque con varias imprecisiones del grupo- a la conciencia del público para pedirle que se revuelva contra el dinero. Una guerra de la clase obrera, para que la mujer no se sienta diminuta ante el maltrato y escape de él, y de los estudiantes para su futuro. La comparsa conileña no termina de dar el salto con un repertorio reivindicativo que se va diluyendo en su transcurso, aunque se nota en las letras  la pluma de Miguel Ángel García Argüez. En los pasodobles, en los que el grupo no termina de estar perfectamente conjuntado, siguen con el tono crítico en una primera letra dedicada al Rey Felipe VI de parte de un plebeyo que le recuerda todos los problemas del país y le pide que no pase a la historia como otros  reyes, siendo "un tirano". En la segunda, mantienen la corrección con su explicación del concepto de patria, que no es ni Conil ni Andalucía ni España, sino su infancia -llegan a meter las palabras Tigretón y Peta Zetas-. Flojean mucho los cuplés a una confusión entre un blanqueamiento de dientes y un alargamiento de pene, y la boda -y el físico- de Paz Padilla.  Popurrí anticapitalista y revolucionario.

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Puntuaciónes COAC 3 / Miguel Guillén

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