Localidad: Morón de la Frontera (Sevilla)

Letra: José Pereira Marrero

Música: Guillermo García Barea

Dirección: Luis Manuel Sosa Suárez

el tipo. Vendedores del tiempo.

las coplas. En sus manos tienen el valor más preciado del mundo: el tiempo. Con él negocian y demuestran su poder. Se puede viajar al futuro gracias a su máquina y corregir su dirección. Y al pasado para poder la evolución.  La aportación de Guille Barea, extriunfito gaditano que vive en Cataluña, se nota en el apartado musical, que, sin embargo, no se ve favorecida por el grupo. Problemas como la conjunción de los coreados  se repiten en las distintas coplas. La experiencia de Barea, con camino en el mundo de Carnaval, se ve en un pasodoble que guarda la estructura con unos sones más actualizados. En el primer pasodoble, muestran su rechazo a todo el terrorismo -con el fondo de los atentados de París-, propiciado, "por las armas que un día les vendieron". Al final, esperan que se haga justicia antes de la extinción de la humanidad -remate muy contundente-. La tanda la completan con su sentimiento de vergüenza por el resultado de las elecciones y la responsabilidad de los votantes. La idea, que no es mala, se enmaraña en su desarrollo. Los cuplés, sosos, a la alerta de la OMS sobre las carnes, con chiste hortofrutícola, y a la afición a las series y su sequía en la cama. El reloj se queda sin cuerda.