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Pito de coña

El lápiz del jurado

SE acabó lo que se daba. El concurso del Falla ha consumido una nueva edición. 2010 ya tiene ganadores, finalistas y cajonazos, y parece que por una vez, quién sabe si servirá de precedente, sin excesiva polémica. Aunque es evidente que cada gaditano, cada aficionado, guarda un jurado en su interior y tenía pensado otra final u otros premios. La opinión general es que ha sido un concurso notable, que arrancó con malas sensaciones -sesiones largas, aburridas y con escasa calidad- y que se enmendó sobre todo en semifinales. Esto es fruto del cambio efectuado en 2008, cuando se creó una nueva fase, los cuartos de final, que impedían a las agrupaciones que salvaran la clasificatoria cantar obligatoriamente dos veces más ante el teatro. El nuevo corte propicia tres sesiones, las de semifinales, de una calidad altísima, con temas nuevos en las agrupaciones que cantan además sabiendo que se juegan sus últimas opciones de alcanzar el triunvirato final.

El jurado también ha salido vivo del concurso, incluso aplaudido por buena parte del público que escuchó, como no se hacía desde 1989 en el Teatro Andalucía, el veredicto en vivo y en directo. Aunque uno tiene dudas de la reacción del público si el fallo que se leyera de esta manera fuera el de las agrupaciones que pasan a la final.

Un jurado, por cierto, que escribe sus puntuaciones con lápiz, y no con bolígrafo, como se comprobó en una de las fotografías que este periódico publicó en la edición del pasado sábado. La imagen puede dar lugar a suspicacias. Alguien puede pensar, en su derecho está, que el lápiz se borra mejor que la tinta del bolígrafo, y que el jurado puede cambiar algunas de sus puntuaciones. Y yo añadiría: ¿y eso es malo?

Pienso, sinceramente, que no, que el modelo de concurso no puede, no debe, acotarse con puntuaciones cerradas desde el minuto siguiente a la interpretación de un pasodoble o un cuplé. Si un aficionado cualquiera, más o menos imparcial, eso sí, no es capaz de señalar a un favorito a la final hasta que no haber escuchado a todas las agrupaciones, ¿por qué el jurado va a tenerlo claro de manera inmediata? Es más importante deliberar y discutir.

Y es que el sistema de puntuaciones del concurso es mejorable. Por ejemplo, descartando el arrastre de los puntos logrados en la fase clasificatoria, donde sobraría con que el jurado declarara a una agrupación apta o no apta para estar en los cuartos de final. Y a partir de ahí, con todos los grupos escuchados en condiciones, sumar el resto de actuaciones. Es sólo una idea, escrita con lápiz y que se puede borrar.

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