Carnaval

El lado oscuro de las coplas

  • Muchos grupos sufren grandes dificultades para encontrar un local de ensayo, especialmente aquellos menos conocidos y sin un nombre en la fiesta

Quince jóvenes cantan formando un círculo en torno a una vela. No forma parte de una estudiada puesta en escena, pues quedan aún al menos cuatro meses para que se alce ante ellos el telón del Gran Teatro Falla. Es el día a día en su local de ensayo: una vela, la linterna de un móvil… cualquier fuente de luz, por leve que sea, sirve para no estar completamente a oscuras entre acordes y repeticiones. Es el lado oscuro de las coplas, lo que pocos ven, lo que casi nadie sabe.

Un local de ensayo, a ser posible mínimamente en condiciones, es un tesoro muy preciado para la mayoría de agrupaciones que acuden al Concurso y el más difícil todavía para los grupos jóvenes que apenas acaban de empezar en esta fiesta. Es el caso de la comparsa Los tataranietos del Bigote, que se estrena este año en adultos con la autoría de David ‘El principito’ tras una exitosa trayectoria en la cantera, incluyendo un primer premio en 2011 con Los bañitos del Carmen.

Un antiguo establecimiento en el centro de Cádiz, cerrado ya desde hace tiempo, es el cuartel general de estos comparsistas. Después de preguntar en varios locales sin suerte, encontraron este a través de un amigo y, pese a las deficiencias propias de un lugar cerrado desde hace años, sólo tienen palabras de agradecimiento para los que les han cedido un lugar donde preparar su idea de cara al Falla. "Tenemos que arreglarlo un poquito, pero tenemos la libertad de que tenemos la llave y podemos entrar cuando necesitemos", explican.

Y será por locales vacíos en Cádiz… sin embargo, son muchos los grupos con dificultades a la hora de encontrar un lugar donde ensayar sus repertorios. Los coros, por número de componentes y necesidades acústicas habitualmente los más perjudicados, lograron recientemente a través de ASCOGA y el Ayuntamiento alcanzar un acuerdo para ensayar en colegios públicos a cambio de su participación en futuros eventos en los centros. Resuelto este problema, son comparsas y chirigotas, especialmente las menos conocidas y las recién llegadas a la fiesta, las que peor lo tienen a la hora de fijar su residencia durante los meses de ensayo. No hay en Cádiz peñas ni espacios públicos que puedan satisfacer tanta demanda (este año las inscripciones de la capital rozan el centenar entre adultos, infantiles y juveniles) y las agrupaciones no cuentan ni con el alivio de Valcárcel, cerrado hace ya más de año y medio. Luis, uno de los componentes de ‘Los tataranietos del Bigote’, tiene claro que “si Valcácel estuviera abierto no habría tantos problemas para temas de ensayo”.  

Dadas las circunstancias, bueno es lo conseguido y por ello estos jóvenes comparsistas apuestan por hacer de nuevo habitable ese lugar olvidado. Así, en estos primeros días de ensayo compaginan su trabajo metiendo letras con el de adecentar un local castigado por el paso del tiempo y el desuso. Aun sin luz, se han encargado de limpiar y arreglar desperfectos y ya piensan en llevar “sillas y un sofá” para hacerlo más confortable. Además, la intención del grupo es poner de nuevo en marcha el contador aunque ahora mismo "con el dinero de la inscripción, del boceto, las telas... no hay manera de poner la luz todavía". El olor es otro problema aunque, como a todo, "te vas acostumbrando”, asegura el grupo.

La ilusión de un grupo que en su mayoría verá el Falla por primera vez con ojos de adulto pesa más que cualquier problema y el grupo entero responde un rotundo “sí, sin duda” a la pregunta de si merece la pena el esfuerzo que tanto ellos como otras muchas agrupaciones en su misma situación realizan para, en la mayoría de los casos, 20 minutos de actuación sobre las tablas. Momi resume señalando que “somos un grupo de amigos y si no vamos al Falla vamos a estar juntos en la calle. Pero si vas a salir en el Falla, con tu grupo de amigos y además con una buena idea, ¿qué más quieres?”. 

Pasadas las diez se acabó el descanso y a la luz de una pequeña linterna, como cada noche, continúan con el ensayo. Así es como fraguan sus coplas los que conocen de cerca el lado oscuro de esta fiesta. 

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