YO creía que el Carnaval de Cádiz había llegado a la época de libertad que tanto costó conseguir después de tantos años de censura. Pero no, oiga, sigue habiendo gente que dicta las normas de los que hay que cantar en el Falla. Cantar pasodobles humorísticos, sin mas trasfondo, sigue siendo pecado mortal. El Carnaval debe ser denuncia y crítica. Y se acabó. Por decreto ley. Pues miren ustedes; un mojón. Aquí cada uno canta lo que le sale de las gónadas y punto final. Los que apostamos por el humor criticaremos cuando nos de la gana, no cuando nos lo digan los criticones. A mi ya este tema me toca un poco la glándula cojónica, porque siempre salen a relucir el peo, el chopped o el pavo cuando se pone un ejemplo de oportunidad desperdiciada de crítica. Y me toca esa glándula porque los que apostamos por esto no estamos todos los años dando el coñazo con que los demás se dejen de "chin tátara tachín" y de "Ya me voy pa La Viña". Y como yo no le digo a nadie lo que tiene que cantar pues no aguanto que nos lo digan a los "humorísticos". Si yo pensara que cantando una letra a Zapatero o Rajoy se iban a acabar los problemas en Cádiz, un servidor sería el primero en cantar esa letra. ¿Creen ustedes de verdad que por acusar en una letra a EE.UU de genocida va a venir Obama a la próxima Erizá a pedir perdón?. Hagan la prueba, señores criticones. Estamos hartos de cantarle al paro (bien hecho, por supuesto) y cada año tenemos más. A ver si los políticos se están vengando de los que critican. En resumen, es que esto es más fácil de lo que parece. Esta es la fiesta de la libertad, queridos, de la faculta de cantar lo que uno quiera. La crítica del Selu (de cachondeo, señores) diciendo que prefiere que su hijo se cante con una tipa horrible antes de que se case con un miembro de la realeza y acabe siendo un delincuente vale tanto o más que cualquier otra critica dura. ¿No era critico el pasodoble de un servidor de la Ley Corcuera los Borrachos?. ¿No era critico el pasodoble del pavo de Tampax Goyescas dedicado a la Ley del Menor?. A decir verdad, creo que los críticos me están convenciendo. Cada día tengo más ganas de cantar menos en broma y criticar todas estas intolerancias, todas esta porquería que se está adueñando de esta fiesta que tanto me gustaba. Ahora me gusta, pero menos.

Cada día tiene esto más entendidos, más profetas, más mesías a los que seguir por el camino de la verdad. A los que escribimos cosas de humor nos acabaran aburriendo y se acordaran de nosotros cuando no estemos. Son cientos los mensajes que recibo de gente que desea que vuelva al Falla. El corazón me pide que sí, pero la cabeza me dice que no. Porque se que me voy a cabrear. Y no por no pasar a una final, sino por la cantidad de tontos que hay.