chirigota

Los gilipuertas

El tipo. Profesionales que molestan llamando a la puerta. las coplas. De puerta en puerta. Charlatanes que te venden todo lo que pueden. El butanero, el cartero, el del Ocaso, los testigos de Jehová... Todos los que molestan en el momento menos oportuno. Una propuesta a la que se le puede sacar mucho jugo, pero que no saben aprovechar, a pesar de contar con el favor de un público excesivamente facilón. Cada vez más. Las cosas de las preliminares. En el primer pasodoble, con una música repetitiva, el gilipuertas llega a la puerta de la casa bendita del Falla, al que no quieren convencer ni engañar, pero tienen el valor de quemar el timbre para que les abran. En el segundo, con un desarrollo simplón, tratan el tema de la violencia machista desde el punto de vista de una niña de 10 años que le reprocha a su padre que le pegue a su madre, por lo que le avisa de que va a llamar a la Policía y le invita a que se vaya de casa. Portazo en la cara en los cuplés. Su madre cambia el género de todas las palabras cuando les reprocha algo en la primera pieza, por lo que cuando le piden que les haga un pollo -ni pollo ni po...-, se lo tienen que hacer ellos. Juegan con los equívocos carnavaleros en el segundo cuplé, en el que se dejan el pelo largo por la playa de la Coleta. No consiguen vendernos sus productos en el popurrí. Cierren la puerta al salir.

Puntuaciónes COAC 5 Puntuaciónes COAC 5

Puntuaciónes COAC 5 / Miguel Guillén

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios