Pocas galas para la final juvenil de ayer en el Teatro Falla. Tan sólo el presentador Eduardo Bablé, con su pajarita, y las ninfas infantiles con su trajes de piconera daban aires de finalísima. El frío siberiano se notaba en cada una de las partes del coliseo, pero aún así, los asistentes se afanaron en animar a los grupos, a veces demasiado. El propio Bablé lo dijo al empezar: "Animar pero cuando empiecen dejadlos cantar, y se lo digo sobre todo a los mayores. Que esto sea simplemente una fiesta juvenil", espetó. Algunos le hicieron caso, otros no.

Eso sí, los doce grupos participantes lo dieron todo sobre el escenario y el jurado se plantó en las tablas para desvelar los premios pasadas las once de la noche. La final se hizo excesivamente larga.

En la cantera del carnaval sigue habiendo destellos de calidad que bien vale destacar en estas páginas y dejar a un lado lo contrario, que también lo hay. En la Final se pudo ver grupos afinados, repertorios trabajados y componentes con tablas y mucho ánge. Se pasa un buen rato escuchando a algunas comparsas y chirigotas finalistas sobre todo. Más de una letra reivindicó atención para esta categoría de la que nacen los grandes carnavaleros. También destacaron el tango casi sólo a bandurria de 'El motor de la música', los popurrís de 'La carbonera' y 'Los expósitos de la Santa Cartidad' o el pasodoble a su vecina y ninfa infantil Amanda, que cantaron 'Las divinas' y que levantó al respetable.

Bien lo dijo ayer uno de los cuarteteros de 'Olimpiadas o ensuciadas': "Somos juveniles y nos quedan muchos años de carnaval".