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La noche de los primeros cuchillos largos, no tanto como los que se esperan el jueves, resultó de agradable ambiente debido a la calidad de las agrupaciones y al morbo propio de esas sesiones que dan paso a una criba. La agrupación que más pasión despierta hoy día en Andalucía, la comparsa de Aragón, volvió a cobrar protagonismo. Los pasodobles gustaron mucho y los carnavaleros en activo que estaban en el Teatro Falla a buen seguro suscribieron la letra dedicada a ese muchacho que escuchaba las coplaas con la radio en la almohada, un aficionado puro sin el veneno propio que inocula la fiesta a los que se meten de lleno en ella.

Acompañando a 'La banda del capitán Veneno' estaba Quique Caraballo, relaciones públicas de la selección de ex jugadores internacionales por España en fútbol. La comparsa ya les había cantado en Chipiona con 'Araka' en la cena posterior a un partido. Caraballo confirmaba que casi con toda seguridad repetirán actuación para estos veteranos en Santiago de Compostela. Allí escucharán las coplas de Aragón los Fernando Hierro, Aguilera, Roberto Fresnedoso, Cristóbal Parrado, Miguel Ángel Nadal, Kiko Narváez o José Antonio Camacho.

El paraíso estuvo pendiente, una noche más, de un aficionado al que llaman 'el boina' por la chapela que luce y bajo la que se esconde un animador de masas que parece haber tomado el relevo del Caña, cuyos recitados en favor de la Cadena SER y demás lindezas se echan de menos. Desde el gallinero se escucharon perlas bastante cultivadas en materia poética: "Ole la comparsa de Los Gitanos, y el que no diga ole que amanezca en la cama con Amor la de Gran Hermano". Carcajada general.

En uno de los palcos estaba uno de los famosos fijos de cada año: el cantautor portuense Javier Ruibal.