Carnaval

Las dos caras del Carnaval

  • El coro de Julio Pardo y Antonio Rivas y el cuarteto de Pepa Guillén, de Medina de las Torres, el haz y el envés de la fiesta

Nada tiene que ver el Carnaval de un agrupación como el coro de Julio Pardo con el de un cuarteto nobel de un desconocido pueblo pacense. Ni en peso específico en el concurso ni en presupuesto ni en aspiraciones. Es por eso por lo que, aprovechando que ayer coincidieron en la misma función, hemos decidido comparar cómo viven su participación ambos grupos.

Pese a todo, Julio Pardo sigue poniéndose nervioso el día del debut de su coro. En ese momento de incógnita en que las tripas se revuelven y el corazón se acelera se olvidan los premios y los pregones, los logros pretéritos se borran y todo se centra en la nueva criatura, la que está a punto de ser alumbrada. Ayer tarde, mientras daba los últimos toques en el lugar de concentración de la agrupación, el corista más laureado hablaba con Diario del Carnaval para explicar algunos de los pormenores de 'The Cádiz Gospel Choir'. El hecho es que ayer asistimos al estreno de una agrupación que podríamos catalogar de semiprofesional, ya que a los componentes habituales hay que añadir la participación de cuatro músicos profesionales entre los que destaca Jimmy González, batería que acompaña nada menos que al canadiense Leonard Cohen en sus giras mundiales o también a Kiko Veneno. "Conozco a Jimmy desde hace muchos años y cuando le propuse su participación con el coro se mostró dispuesto enseguida". Raúl Torres, director de conservatorio, estuvo anoche al bajo, junto a dos músicos gaditanos: Fran Lozano Curri, que se encargó del piano y J. Mascarell, con la guitarra. "En 15 días se han aprendido el repertorio", destacaba Julio, que informa que para poder contar con la participación de estos profesionales el coro se queda con 31 voces en presentación y popurrí, en vez de las 35 habituales.

A la agrupación de Pardo y Antonio Rivas le acompañó también anoche un ballet formado por cuatro bailarines profesionales, dirigidas por María Pardo, la hija de Julio, que también se ha encargado de toda la coreografía y de poner las pilas a los componentes, que durante presentación y popurrí no paran de bailar.

Otra de las novedades es que el coro, más bien podríamos decir el espectáculo que ofrecerá el coro en el Falla, será producido por Pasarela, la misma firma que se encargó de esta misión en el pregón de Julio del pasado año. El productor Antonio Velasco es quien se encarga de supervisarlo todo.

Como se pudo ver anoche, la formación del grupo en escena tampoco es la tradicional, ya que cuentan con tarimas elevadas y otros elementos para dotarlo de un aire muy gospel, muy afroamericano, con la orquesta en el centro, los músicos arriba y los cantantes a los lados.

Julio reconoce que esta idea les llevaba rondando la cabeza hace tiempo, pero que después de un cajonazo uno "siempre es más atrevido". "Queríamos hacer un coro muy participativo, con una música no vista, como esta, y con temas conocidos de Carnaval fusionados con gospel que pensamos han quedado muy bien".

El trabajo ha sido enorme, porque a la dificultad de la afinación y del trabajo vocal se une el del baile durante presentación y popurrí. "Es un poco una locura, lo reconozco, y ha habido que trabajar duro, pero creo que el resultado ha merecido la pena".

La confección del tipo del coro es otro cantar, ya que por primera vez Antonio Ardón no sólo lo ha diseñado sino que se ha encargado de su confección.

¿Y el dinero? ¿Cómo se paga todo esto? "Pues esto no hay dinero para pagarlo si hubiéramos tenido que abonar lo que cuesta el trabajo de estos grandes profesionales. Lo que pasa es que, por ejemplo, los músicos han colaborado desinteresadamente, Antonio Ardón no ha cobrado lo que debería cobrar y lo mismo ocurre con Pasarela". Para que se hagan una idea, el coro contó ayer con el apoyo de 10 robots de luces a modo de los que artistas como David Bisbal utilizan durante sus conciertos. Ahí es nada. Un espectáculo de luz y color, de música y, cómo no, de Carnaval.

La otra cara vino de Medina de las Torres, un municipio de la provincia de Badajoz, situado en la Ruta de la Plata, cuyo territorio municipal recorre la Cañada Real Leonesa. De allí llegaron ayer a Cádiz los integrantes del cuarteto 'Que morro y que jeta: de fuera y una quinteta', que debutaron anoche en el concurso de agrupaciones, con la dirección de Pepa Guillén, profesora y madre de cinco hijos de entre 17 y 6 años, enamorada del Carnaval y que el pasado año participó en el concurso de romanceros, del que salió empeñada en volver al escenario del Falla pero además al concurso de agrupaciones.

Pepa Guillén, licenciada en Magisterio y coordinadora de formación de talleres de empleo, ha realizado el repertorio con Miguel del Ojo 'Lebri', profesor de filosofía, quien a su vez ha compuesto la música con Manuel Barba, recién licenciado en periodismo, y junto a ellos forman parte del grupo Miguel Pérez, profesor de matemáticas; Carlos Delgado, periodista de la Cadena Ser en Zafra, y Manuel Matito, responsable de un centro de formación.

Pepa Guillén reconoce que el nombre no tiene nada que ver con el tipo, pero supone un guiño al Carnaval de Cádiz por parte de un grupo foráneo, del que además forma parte una mujer, y en realidad representa un matrimonio, con tres hijos y el abuelo (que interviene como figurante), que se dirigen en autobús hacia la localidad sevillana de Marchena para trabajar en el campo, pero se ven en Cádiz en pleno Carnaval.

Los tres últimos ya formaron un cuarteto para participar en el Carnaval de Valverde de Burguillo (Badajoz), donde se han recuperado las agrupaciones, y son los que aportan experiencia al grupo, que se ha llevado cuatro meses ensayando, primero dos días a la semana para terminar reuniéndose diariamente durante cuatro horas las últimas fechas.

Cifran en 500 euros el presupuesto de la agrupación, sobre el que Pepa Guillén, responsable también de los tipos, el maquillaje y la decoración, detalla en 200 para el autobús de madera que utilizan, 50 para el forillo y poco más, ya que los que no tienen familiares o amigos en Cádiz se pagan la noche de hotel.

Pepa Guillén dice que su pareja ha aceptado quedarse con los cinco hijos mientras que el grupo canta en el Falla, al que piensan volver en la siguiente fase, al igual que los paisanos que los acompañaban. Mientras, en Medina de las Torres preparan la tradicional sopa de Carnaval y la matanza extremeña del cerdo para el Sábado de Piñata y el pasacalles de los mascarones (grupos de personas con improvisados disfraces) para despedir la fiesta al día siguiente.

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