DOÑA CUARESMA

Que canten en los aljibes

Han perdido el pudor. Los miembros del jurado oficial ya no sienten vergüenza alguna y se ponen tibios de comer y beber durante la celebración del concurso.

Lógicamente esta falta de pudor se ha trasladado a la prensa, y en los antepalcos del Falla los locutores se ponen morado y oro. El otro día hasta los chicos de Canal Sur sacaron un bocadillo en antena.

¿No estaba prohibido comer en el interior del Falla? ¿Qué hacen los responsables del Ayuntamiento? ¿Quién paga todo ese trasiego de tapas y copitas? ¿Quién vigila por la conservación del teatro?

Las coplas no debieron salir nunca de los lavaderos y de los aljibes. El habitat natural de los comparsistas son las azoteas, con vasos grandes de Don Simón y caballas con fideos.

El Falla debe quedar reservado para la Cultura, para las buenas representaciones teatrales y para la música clásica.

Hay que recuperar las raíces carnavalescas, volver a los orígenes de las coplas. Juan Sales y sus cómplices del jurado debían situarse en el interior de un aljibe y desde allí escuchar a las agrupaciones, como antiguamente.

Es el lugar adecuado. En los aljibes los comparsistas no molestan a nadie con sus gritos.

Y hasta podríamos aprovechar para abrir el desagüe y que se fueran todos por las cañerías.

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