Con la cara partía

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EL público. Versión Primera: es indigno de una ciudad culta que el público de un teatro en un concurso de repertorios recrimine a los grupos que cantan por el mero hecho de que no les gusten sus letras o su música. Es indecente boicotear la actuación de gente que ha estado meses ensayando, en algunos casos han recorrido cientos de kilómetros tan sólo por el honor de cantar en el Falla y aquí les recibimos como si esto fuera Anfield Road o Stamford Bridge. Bien es verdad que el público del Falla ha cambiado de manera notable en los últimos años. Antes había un grupo de colaos permanentes, los mismos año tras año. Algunos eran amigos de concejales y otros lo eran de los porteros. Unos tenían arte e ingenio y todos una cara dura impresionante. Ahora han cambiado los colados y si antes eran amigos de concejales del PSOE ahora lo son de concejales del PP. Luego están los autores de las agrupaciones, los antifaces de oro y los miembros de los más estrafalarios jurados que uno pueda imaginar . Lo que sí ha cambiado de manera notable es el patio de butacas. Se levantan igual ante cualquier letra pero ahora vienen de los pueblos de la provincia y de localidades lejanas. Es lo que tiene internet, que un japonés tiene las mismas posibilidades que uno de Cádiz a la hora de conseguir entradas. No sé muy bien si es bueno o es malo. Por un lado se pierde sabor, aunque se siguen diciendo las mismas simplezas (lo de "¡chiquillo!", la hierbabuena cansina y estridente) imagino que porque algún irreductible tiene cuelo a perpetuidad. El asunto es si un concurso organizado por el Ayuntamiento de Cádiz debe dar la misma prioridad a los vecinos de esta ciudad que a los de otras . No sé yo si uno de Cádiz tiene las mismas oportunidades que un sevillano en la Feria, por poner un ejemplo. Dicho esto, desde el Gallinero se sigue teniendo la misma falta de educación, sobre todo para con las agrupaciones de fuera y para las que están empezando, aquellas que todavía no han podido formar un grupo de seguidores consolidados y no tienen más que algún familiar acobardado en un rincón del teatro. Ya se sabe que en la masa y en el anonimato hay muchos valientes.

El público. Versión Segunda: qué gracia hay en Cádiz que cuando sale una agrupación malage se le canta "¡qué bonito, qué bonito!" y se les anima como si fueran el Barca o el Madrid. Qué age más grande. De toda la vida de dios en el Falla se han echado las cortinas así que nadie debe asustarse si , con el arte tan grande que hay en esta ciudad, se les dicen algunas cositas. Total, así aprenden y el año que viene traen algo con más gracia. La misma libertad que tienen para cantar desde el escenario la tiene la gente para expresar sus puntos de vista desde el público. Además, es lo que le da vidilla al Falla, que si no sería un muermo insoportable, sobre todo cuando viene una agrupación de Murcia o de Córdoba. Y lo bien que se lo pasa uno en el Gallinero Como ahora es más complicado comer, beber y fumar en el teatro la gente que se queda al menos tienen la oportunidad de decir algo. Además, pagar te da derecho a decir lo que te dé la gana.

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