EN primer lugar, a cualquier hora de la que sea informado a la cual va a comenzar cualquier acto, súmele siempre la media horita que la zona horaria gaditana obliga. Si se anuncia un reparto de coquinas a las dos, no será a las dos. Será a las dos y media. Cosas del meridiano de Greenwich…

Aunque usted haya visto durante la retransmisión del COAC que el foame es un material en auge, desde el cual se pueden fabricar desde pelucas repeinadas a dragones chinos, no se confíe si ve venirse hacia usted una botella de cerveza. La estadística asegura que en el 99,99% de los casos, no es de foame. Así que no intente emular a Puyol cuando le endiñó de coco el gol a los alemanes.

Hoy lunes, ni se le ocurra ir a mandar una carta certificada a la Oficina de Correos, o visitar la cámara oscura de la Torre Tavira. Hay días que no. Si en las escaleras de sendos edificios se encuentra con señores de cuarenta y tantos años vestidos de la Pantoja, lo más probable es que sea una chirigota callejera. No son gente guardando cola. El martes por la mañana ya podrá. Aproveche.

Aunque oiga que en Cádiz todo el año es Carnaval, eso le aseguro que es mentira. Es todo el año, menos los días entre semana de Carnaval hasta las ocho de la tarde, que Cádiz funciona como una ciudad cualquiera, y hay el mismo ambiente carnavalesco que en Portugalete, por ejemplo. Aproveche para tomarse un cafelito, pasear tranquilo por sus calles, o dormir la tajá del día anterior.

Le recomendamos que huya de las colas. Si ve una cola, corra en dirección contraria como alma que lleva el diablo. Seguramente esa cola kilométrica tendrá como destino final dos trocitos de pescaíto frito, o un montadito, o cualquier gasterópodo comestible y una cerveza. El tiempo de su vida invertido en esa cola nunca será amortizado con lo que se encuentre al final de ella.

El disfraz es muy importante, pero no imprescindible. Un sombrero y una nariz con una gomilla, ojo, NO SE CONSIDERA DISFRAZ, amigo. Si no tiene nada que ponerse, le recomendamos que se pinte la cara con dos coloretes, y a huir. Aunque usted se vea gracioso, sandunguero y tela de chisposo vestido de pollito o de vaca, recuerde que no lo es.

Por último, si ve a alguno de sus personajes favoritos del Cannavá de Cádiz por la calle, y desea hacerse una foto con él, verá como no le pone pegas y amablemente se retratará. Dos cositas. La primera, es que la persona que vaya a hacer la foto sepa donde está el botón, si está encendida o apagada, para que la pose no se haga eterna cual posado para fresco al óleo. La segunda. Si dicho personaje lleva gafas, va de verde y amarillo, y se parece al que está arribita fotografiado, no le diga que se parece a Manu Sánchez y convíelo a una birrita, coñe!

Ah. ¡Y disfruten!