Opinión

Popurrís originales

TODO el mundo no sirve para todo. Y en Carnaval menos. En la fiesta más gaditana se estila bastante eso de donde fueras haz lo que vieras. Si uno se cambia de ropa en el popurrí, al año que viene el escenario del Falla se convierte en una sucursal de los probadores de Tinoco; si uno se come un compás de la caja, al siguiente concurso hay devoradores de 3x4 y así hasta llegar al día en que uno construyó un popurrí con músicas originales y el resto, la gran mayoría, decidió imitarlo. Craso error. Entre otras cosas porque no todo el mundo tiene la calidad musical suficiente para hacer seis o siete melodías nuevas capaz de enganchar. Antonio Martínez Ares fue el precursor de esta moda, aunque El niño ha hecho enormes popurrís utilizando músicas propias combinadas con boleras, con Ruibal, con Serrat, con copla... En fin, que desde que 'Los piratas' pusieron de moda esto de inventarse ocho minutos de composiciones nuevas hemos podido oír por el Falla muchísimas piezas aburridísimas, algunas de ellas con una línea instrumental casi idéntica, como una mera excusa para engarzar el mensaje de texto. Es más, lo de 'Los piratas' fue por casualidad. De hecho, aquel popurrí llevaba una cuarteta de Joaquín Sabina, otra de María Dolores Pradera y otra de Javier Ruibal hasta el mismísimo 6 de diciembre de 1997, cuando se decidió dar un giro sustancial.

En estos momentos, sobre todo viendo el Concurso de este año, parece que sólo Jesús Bienvenido está capacitado para hacer una pieza larga y entretenida en la modalidad de comparsas. Otros rozan el aprobado y otros, incluso entre los grandes, catean con estrépito por un afán que me parece demasiado ambicioso. La comparsa de El Puerto ha dado una lección este año. Con un popurrí que técnicamente no es ninguna maravilla pero que contagia y emociona a los aficionados, ha logrado un meritorio segundo premio. Ha habido grandes popurrís originales también de Juan Carlos Aragón, por poner un ejemplo, sobre todo el de 'Los condenaos' o 'Los ángeles caídos', pero últimamente quiere decir tantas cosas que la música parece algo secundario cuando ni mucho menos es una cuestión baladí.

Como es de sabios rectificar, espero que el próximo Concurso haya autores que se bajen del burro. Esto no quiere decir que tengan que escoger para sus popurrís mi carro me lo robaron o la canción del verano, pero siempre será más fácil de escribir una canción que ya tenga letra que una melodía tarareada. Por la salud de la modalidad y la redondez de las obras sería bastante bueno.

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