Cuarteto

Los del Patronato

El tipo. El orfanato El Patronato. Las coplas. Ni en la Gran Final consigue el director del orfanato El Patronato enderezar el rumbo de los niños a los que tiene que cuidar. Tampoco llegan padres interesados en los niños. Parodia de estreno para intentar poner al jurado en un aprieto. El director explica el juego del pañuelo, pero, como siempre, todo se lía con la actitud de los niños. Kiko el Pasarratos sigue con su retardo, por lo que se cree que están en las semifinales y cuando le dicen que están en la final se cree que hay filtraciones. Vuelve Pablo Escobilla, que asegura que mató a Manué, el muerto de la chirigota del Bizcocho. Cuando regresa Javilillo el Quemasangre, le da la vuelta al grito del afilador al decirle al director que tiene una entrada para la final en la fila dos -el golpe más celebrado-. Pinchan en la elección de los temas de los cuplés, ambos cortitos. En el primero, no se puede comprar burundanga porque Paquirrín ha comprado toda la que había para poder casarse con su novia. No tiene justificación el segundo a la agresión machista que denunció Teresa Rodríguez, algo que con Teófila Martínez no pasaba. En el tema libre, repiten la parodia del general sin brazos que intenta adoptar un niño.

En semifinales

Las coplas. Un nuevo día en el orfanato. Una historia en la que mezclan para meter los chistes las macetas que lleva el director -eso con la Teo no pasaba-, el caso de Pablo Escobilla o la marcha y la vuelta de Javilillo el Quemasangre. Más interpretación que argumento. Pero el público -las cosas de la globalización-vuelve a caer rendido. Mariquilla se come tres bocadillos y cuatro pizzas, por lo que tiene un poco de retardo al ponerse como el Kiko, por lo que llama tarde a la ambulancia para que venga a buscar al cura. Por su parte, Pablo Escobilla lleva la pistola a un examen para pegar dos tiros al cielo para celebrar que aprueba, pero no sabe qué hacer cuando le suspenden. Meten el chiste del empacho de Puleva y murió abatido para contar la muerte de Pablo Escobar. Sí reluce más el golpe del cura Matías, que dice que Kiko quiere salir con Antonio Martín. Al final, Javilillo vuelve al orfanato porque la familia que le adoptó despreció a su amigo invisible, que se monta en el columpio. Regulares los cuplés, en los que su madre se hace una infusión de marihuana y se queda dormida en el programa de Juan y Medio, y le piden a Fernando Trueba que en una guerra no vaya con España porque sería capaz de matar a sus propios soldados. El tema libre mejora al contar cómo llegan los niños al orfanato. El público les vuelve a gritar "campeones". 

Puntuaciones de semifinales Puntuaciones de semifinales

Puntuaciones de semifinales

En cuartos

Las coplas. El director del orfanato avanza en su mejora y pone una biblioteca. Un hilo conductor de una parodia que sigue el esquema y el estilo de este cuarteto, centrado en el sainete. El público se entrega con ellos. Mandan a Javi un mes a Alemania y por lo pesado que es sale en los anuncios de Onda Cádiz. Al estar en una biblioteca, el Quemasangre pide pipas y gusanitos, pero bajito. Un pequeño tirito a Kiko, que tiene más retardo que Martínez Ares, que mete los pitos al final del pasodoble -un golpe más lúcido-. El amigo invisible de Javi es Donald Trump porque nadie lo puede ver.  El director acaba enfadado con los niños. Más interpretación que texto, pero el público cae. Tanda de cuplés regulares con doble final a Bertín Osborne. En el primero, se asustan al creer que hay un fantasma en casa y es Bertín friendo papas en la cocina. En el segundo, les fastidia el final de la película de Bayona. El tema libre se convierte en una sucesión de chistes  sobre un general sin brazos que quiere adoptar un niño. Los nuevos tiempos del cuarteto y los nuevos gustos. Despedidos al grito de "campeones".

Puntuaciones de cuartos Puntuaciones de cuartos

Puntuaciones de cuartos

En preliminares

las coplas. Un Patronato obsoleto, pero no es de Carnaval. Su director está dispuesto a cerrar este orfanato por culpa de los niños que están viviendo en él, que son huérfanos y están locos. Con sus papeles de siempre, sus roles definidos y un estilo alejado del cuarteto clásico y más centrado en el sainete, la interpretación vuelve a estar por encima del texto. Tics que se repiten y que el público agradece mucho. El cura Matías, al que no para de llamar Martínez Ares para insultar al Patronato -pero al del Carnaval-, cuida de unos niños huérfanos que son muy especiales. Javi el Quemasangre, que su propio nombre ya dice lo pesado que es y se echa un amigo imaginario; Mariquilla la Fantástica, que se lo inventa todo, pero todo; Kiko el Pasarratos, que contesta con cierto retardo; y Pablo Escobilla, el mafioso del orfanato -compro el lata o cromo-. Una parodia en la que, con algunos chistes conocidos y otros más lúcidos que mantienen el nivel de años anteriores, los niños terminan de sacar de sus casillas al director, que no termina de cerrar el orfanato. En los cuplés, destaca el primero, en el que le dicen al alcalde que salga en la comparsa de Bienvenido ya que se puede ahorrar las orejas. Demasiado efectista el segundo con un mannequin challenge con una peineta dirigida al Gobierno. Tema libre hiperactivo que termina de embaucar al público, que despide al cuarteto al grito de "campeones". La falta de competencia en la modalidad juega a su favor. 

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Puntuaciónes COAC 3 / Miguel Guillén

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