DOÑA CUARESMa

Mirarse el ombligo

EL Carnaval nos vuelve majaretas a todos. Cada año, cuando llega febrero, Cádiz se mira al ombligo. Somos los mejores, los más graciosos, los de más ingenio, y los de mayor arte del mundo entero.

Las comparsas y chirigotas se encargan de recordarlo. Cádiz es lo mejor del mundo; los que no han nacido en Cádiz son unos desgraciados y aquí tiene que venir todo el mundo a rendir pleitesía a la ciudad del arte y la alegría. Ya saben, no todo el mundo puede ser de Cádiz, pisha.

Este año, con motivo del Centenario, la cosa supera al Carnaval. Los gaditanos de hoy creen que fueron ellos, y no los diputados venidos de toda España, los que redactaron la Constitución. Los gaditanos de hoy creen que fueron ellos mismos, y no los del 1812, los que soportaron las bombas de los franceses. Los gaditanos de hoy creen que han sido ellos mismos los inventores de la Libertad.

Este ombliguismo ha llegado a niveles insospechados. La Diputación de Cádiz ha decidido otorgar su máxima distinción, la medalla de oro de la provincia,...a Cádiz. O sea, que Cádiz premia a Cádiz. Viva Cádiz y sólo Cádiz.

¡Cuidado! Para mirarse el ombligo hay que agacharse ligeramente y dejar la popa al descubierto. Y en Cádiz hay muchos que gustan ponerse mirando para Rota.

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