Desde la pampa

¿Merece la pena?

Cada año que pasa, uno vuelve a preguntarse si realmente merece la pena seguir involucrado de una forma tan intensa y directa en esta fiesta a la que tanto debo. Y al final, no sé si porque no llego a reflexionar en serio sobre el asunto o porque pesan más los argumentos favorables, vuelvo a recaer y a intentar renovarme con ilusiones nuevas y proyectos siempre ambiciosos.

Sinceramente, por encima de todo, lo hago porque disfruto muchísimo, disfruto cada minuto de cada ensayo, disfruto de cada momento en el que llego al local con nuevas letras, disfruto con las primeras impresiones de aquellos que llegan allá por el mes de diciembre. En definitiva, cada vez disfruto mucho más de los prolegómenos que del Concurso.

Uno siempre tiene la esperanza de ser uno de los afortunados en el concurso, y con esas intenciones se trabaja, se ensaya y se pelea en cada ensayo pero, esto empieza a rodearse de un tufillo morboso, plagado de injustos comentarios y de alusiones personales que nada tienen que ver con lo que traes y representas sobre el escenario.

A todos nos gusta ir por la calle y recibir felicitaciones por la agrupación o las agrupaciones que traes este año, aunque comienzan a pesar estas felicitaciones mucho menos que las mentiras dañinas que tantos y tantas van largando en distintos foros de internet y, en muchos casos amparados por periódicos que los permiten o páginas oficiales como las de nuestro Carnaval en el que el moderador brilla por su ausencia.

Llevo veintidós años haciendo y participando en el Carnaval, y cada vez me pregunto con más frecuencia e intensidad aquello de si merece la pena, y todo por cuestiones absolutamente ajenas al concurso y lo que has escrito o cantado. Si los que lanzan esos insultos en diversas páginas web pretenden hacer daño, deben saber que lo consiguen, y lo hacen porque hacen sufrir a aquellos que más te quieren, familiares y amigos que te conocen y sabes cómo eres y lo que sientes y te desvives por esto y que no entienden porque algunos llegan hasta ahí.

Los que me quieran acusar de algo, pueden hacerlo de ser un pesado, pero un pesado de lo nuestro que siempre intenta llevar al concurso dignas agrupaciones que compitan con fuerza y con ilusión por ganar un premio como el resto. Debemos reflexionar todos, y buscar soluciones ante tanto desalmado que cree que en esto te juegas la vida o que tienen derecho a hablar sobre ti sin haber cruzado ni una sola palabra contigo. Hoy en día, sigo estando ilusionado, pero reconozco que tanta barbaridad amparada por soportes digitales de algunos medios y páginas supuestamente oficiales están provocando que con demasiada frecuencia nos hagamos la pregunta de si merece la pena. Espero pensar como Bustelo en aquella magnífica comparsa con la que se despidió de nuestro concurso, "pues claro que sí".

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