HAY que hacer una ligera distinción entre el libro de quiquis y el libro de Kiki. El primero, también denominado Kamasutra, recopila una serie de ilustraciones de un gachón y una gachín (siempre los mismos) haciendo cochinitas en determinadas posturitas dignas de que los protagonistas y sus posibles emuladores caseros se lleven un mes a base de Myolastan. El segundo, al cual me referiré a partir de ahora, es una joya encuadernada y fabricada en inigualable tándem formado por el prestigiosísimo fotografo gaditanae y el gran Javier Osuna, por mí idolatrado desde que en los años 90 amenizaba mis pueriles tardes con aquel "Desván de la Copla" en el 96.2 de la FM, creo recordar.

Dejándo claro, que no tengo interés ni afán de lucro alguno, y que si usted se compra el libro, no mango ni un centimillo de comisión, me gustaría aprovechar para comentar que el maravillo recopilatorio de fotografías de Kiki aliñadas con los comentarios de Osuna se me queda corto. Entiendo que comercialmente un libro aún más gordo hubiera sido un poquito incómodo para los escaparates o para las estanterías, pero les aseguro que por mí, hubiera reforzado el mueble del salón o me hubiera pillado un carrillo de mano para llevarme el libro de la librería a mi casa, por tal de tener a mi alcance semejante museo iconográfico encuadernado del Carnaval de Cádiz, ampliado si cabe.

El paso del tiempo, las caras, las esquinas, esos establecimientos que ya no existen, esas calles que han cambiado, esos nervios de camerinos que aún resisten, ese Falla sin remodelar, esas ropas y esos disfraces sencillos pero legendarios, esos momentos, esos personajes de fama nacional e internacional compartiendo espacio con históricos de la fiesta…Esa búsqueda de uno mismo, esa génesis callejera…todo retratado como pocos pueden inmortalizar las escenas de la Pasión que aquí se desparrama antes de la Cuaresma…que provocan que este año, lo primero que busque en este Suplemento carnavalero y boletín oficial del fatiga concursero, no sea los puntos que me ha puesto el Jurado Diario, sino la doble página a ese resto de tesoro que ha quedado semioculto, y que si bien, las imprentas impidieron su publicación en el libraco original, por lo menos que quede constancia en el día a día de dicho suplemento. Hoy por ejemplo, ese Carnaval del 79, cuando un servidor contaba con tres añitos recién cumplidos. Toma ya.

Sólo deseo a sus creadores, Kiki y Javi, el mayor de los éxitos y que llegara a Best Seller, si no internacional, por lo menos de nuestro universo del tatarachín propio. Y por supuesto, que dentro de 35 años, saquen el segundo volumen, yo me lo compre, y aparezca en muchas fotitos, que eso siempre mola. Gracias.