Rafael Ricardi Robles quizás era anoche la persona más emocionada de todas las que ocupaban algún palco del Teatro Falla. El portuense que ha pasado 13 años en el cárcel por error pisaba por primera vez en su vida el coliseo gaditano, como él mismo confesaba, y además se convertía en protagonista de una de las coplas más emotivas de la noche.

Ricardi escuchó atento el pasodoble que la comparsa de Los Gitanos, escrita por Pedro Romero, le dedicaba. Poco antes, en camerinos, aseguraba estar "muy contento". "No me esperaba que me dedicaran una copla y además poderlo ver en un palco", dijo. Al portuense le gusta el Carnaval y por eso este año, su primer año en libertad lo está siguiendo al máximo. "No me estoy perdiendo ninguna sesión. Lo estoy viendo todo desde el principio", afirmó.

No estaba lleno del todo anoche el teatro. Muchos palcos estaban vacíos desde el principio de la sesión, que comenzó con el coro del trío Cárdenas, Peñalver, Martín. Antonio Martín volvía al tango con 'Los celtas largos y con boquilla', un tango que sonaba a "Viña", decía. "Reconozco que huele a Viña, es viñero, pero no tiene que cantarlo siempre un coro. Esta gente han apostado por mí, me lo han pedido con mucho cariño y ha salido muy bien", comentó el autor cuando se disponía a saludar a los componentes de la agrupación detrás del escenario.

Sobre el mismo escenario, la chirigota 'Las barconeras' llevó un atrezzo original simulando a unas viviendas con todas sus vecinas asomadas al balcón. Sus componentes no habían ensayado ni una vez con el decorado tal y como había quedado", apuntaba Kike, uno de estos chirigoteros. No fue demasiado incomodo para cantar, "sólo en los pasodobles, que no te puedes emocionar mucho, porque no te puede mover demasiado", bromeaba justo después de actuar.

El mal tiempo presente en los últimos días, quizás tuvo la culpa de que el público no entrara del todo en calor en la noche de ayer.