Cosas de cadiz

La Kaaba y Bienvenido

COMO cada año el Gran Teatro Falla ha vuelto a abrir sus puertas para albergar desde las entrañas a los palcos la mayor exhibición de música y poesía popular del mundo hispano. Por unas semanas un modesto teatro se convierte en el centro mundial de la producción artística popular en español. Aunque sean muchos los pseudointelectuales que consideren el Concurso como parte más de la España de charanga y pandereta, somos muchos otros aquellos que lo vivimos como la expresión del Arte popular y gaditano, poco frecuente ya en este mundo globalizado. La unión de la música y el verso se remonta a tiempos inmemorables, semiótica del alma humana que ha pervivido oralmente durante siglos antes de la universalización de la escritura. No es nueva tampoco la tradición de declamar en público. En la Antigüedad clásica se solía hacer tras la celebración de los banquetes durante los simposios. Poco se sabe, sin embargo, por estos lares de otra tradición que tenía lugar anualmente durante la época preislámica (Yahiliyya) en el mercado de Ukaz y que consistía en una justa poética. Las composiciones ganadoras obtenían el privilegio de ser escritas en letras doradas y colgadas en el velo del templo de la Kaaba, en la Meca. Es por ello que a este conjunto de casidas se les conoce también con el nombre de Mu'allaqat (las colgadas). Lo curioso es que no sería hasta tres siglos más tarde cuando un grupo de poetas cultos las recogiean por escrito. Estas composiciones, al igual que muchas de la época preislámica, se habían mantenido en la memoria de los pueblos beduinos que habitaban en la península arábiga gracias a una tradición eminentemente de modo oral. Beduinos no sólo los hay en Cádiz y poetas de distinta índole tampoco. Entre los poetas de la península arábiga se contaban los "forajidos" que eran poetas aventureros y de personalidad muy marcada: Antara ó Urwa Ibn al-Ward (nuestro Yuyu o el Selu) pero también los denominados cortesanos, como An-Nabiga, de corte elegante, gustorefinado y creador de excelente poesía amorosa: un Jesús Bienvenido del mundo árabe preislámico. Es éste un autor que ha dado una bocanada de aire fresco cada noche de concurso, una tradición carnavalera reinventada, originalidad desbordada en las letras y profesionalidad en lo musical. La vocación es evidente. Un inmerecido, a mi entender, tercer premio en 2009 del que creo que, en breve, dejará de ser un valor en alza para convertirse en un consagrado autor gaditano. Bienvenido me supo, como siempre, a mano de santo. Nos encontramos inmersos en el carnaval de verdad, el del Falla, el de los que durante todo el año altruistamente se preparan para demostrar sobre un escenario algunos de esos dones que difícilmente se pueden aprender: la espontaneidad, el ingenio, la ironía, la elegancia de unos frente al descaro irreverente de otros…en fin: arte al desnudo, el Falla en esencia pura. Este templo gaditano de la Kaaba no guarda en su interior composiciones en letras doradas, no guarda dentro sus mu'allaqat. No cabría en ese aforo lo que sí cabe en la mente de Cádiz, esas letras, los estribillos que sobreviven al paso del tiempo en la memoria colectiva, lo verdaderos ganadores de las justas de febrero, los que, a veces, no son los elegidos del jurado. Aunque apenas ha pasado un año, no recuerdo exactamente los ganadores de la edición anterior. Pero cómo olvidarme si lo tarareo casi a diario de ese "pum, pum, pum" de 'Los enteraos' o esos bocaítos de seducción de 'Los trasnochadores'. Este año ha vuelto a suceder. En la final nunca habrá sitio para todos los que deben estar y, aún así, para cuando llega la decisión del jurado es otra vez demasiado tarde. El público ha elegido a sus vencedores y éste, además, ha sido un fallo inapelable.

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