Largando que es gerundio

Cuartetos

SE dice tanto del cuarteto como del romancero, que son modalidades complicadas. Cuando se cuestiona esto, se dice que por ejemplo, sacar un coro de la categoría del de mi amigo Julio Pardo, es muchísimo más difícil. Yo tuve la suerte de salir en su primer coro y sé como él se exige a sí mismo y exige a sus componentes. El estar entre los primeros no es gratuito. Así que esa "dificultad" que se atribuye al cuarteto es evidentemente por otros aspectos.

Desde el 93 del siglo pasado que llevo saliendo en romancero he oído miles de veces lo de "que me gustaría sacar un romancero". O un cuarteto. Pero siempre había un impedimento. Los requisitos para ser componente de cualquier agrupación son simples: tener oído y voz.

Pero para salir en un cuarteto la cosa se complica. No sólo hay que tener esas cualidades, sino que además hace falta ser buen actor. Y además hace falta "cara". Por cierto que hay dos formas de tener cara que se confunden fácilmente. Una es la ausencia de miedo escénico. La otra es la falta de sentido del ridículo, y esa es muy peligrosa.

Pero lo difícil de verdad es encontrar buenos autores. Por muy buen actor que sea un romancero o cuartetero, si no está respaldado por un buen texto, no tiene nada que hacer. Ambos se complementan. Hacer reír es muy complicado; es más fácil hacer llorar. Por eso está triunfando actualmente la chirigota. La gente prefiere reír, para tristezas está la vida misma.

Mis amigos cuarteteros se enfadan cuando oyen que el cuarteto está estancado. Y tienen razón. No se puede valorar la modalidad por el número de agrupaciones. Entendida la dificultad, el que haya dos o tres cuartetos que triunfen, ya es mucho.

El romancero lo tiene más fácil que el cuarteto. Menos texto y menos ensayo.

El romancero en el Falla ha sido un logro que hay que conservar. La preselección es obligada. El año que viene es ya sentir general entre los romanceros, que haya una preselección un día antes, en un lugar distinto. El Falla debe ser ya un premio por sí mismo. Y en contra de opiniones que he leído, el Patronato del Carnaval está teniendo mucho interés por la modalidad. Después de muchos años de abandono, todo son facilidades. La asociación de romanceros ha sido fundamental como interlocutor. Ya pasaron los años en que el romancero era la cenicienta de las modalidades. De la noche a la mañana se ha convertido en reina. Si eres romancero, asóciate. Evitaremos que otros hablen por nosotros. Las convocatorias serán las que nosotros hagamos.

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