Carnaval

Coplas pasadas por agua

  • La Viña se quedó ayer sin Carnaval a causa de la lluvia, que impidió cantar a los cinco grupos que iban a participar en la XXX edición de la Erizada · Cuatro coros actuaron en la XXIV Ostionada

Nada que ver con otros años. Los festejos gastronómicos de la Erizada y la Ostionada quedaron ayer deslucidos por culpa del mal tiempo. Ni miles de personas, ni puñados de coplas, ni ganas de fiesta. Este preludio del Concurso del Gran Teatro Falla ha sabido a poco. El agua, insípida, le ha restado sabor.

Aunque el día amaneció sin lluvia, los pronósticos no fallaron y el agua llegó pronto incluyendo el chaparrón de gran intensidad que cayó a las doce y media de la mañana, la hora prevista para el inicio de la XXX Erizada de la viñera peña El Erizo, el más antiguo de los festejos gastronómicos previos al Carnaval.

El presidente de la entidad, Antonio Rueda López, y los socios y colaboradores de la misma lo tenían todo dispuesto desde horas antes para la fiesta, incluyendo 600 kilos de erizos procedentes del Campo de Gibraltar y capturados por mariscadores profesionales.

A parte de ellos, a esa hora en la calle Cristo de la Misericordia no había nadie y el tablao, además sin techo, daba más la apariencia de un patíbulo que la de un escenario. Éste se había preparado para que desde el mismo ofrecieran su repertorio el coro 'Los hapy py day', de Córdoba; y las chirigotas 'Los Iniesta de Frankfurt', de Chiclana, 'Los agropecuarios antibiótico mojoso', de San Fernando, y 'Ole mi niño', de la capital, cuyos componentes no faltaron a la cita, incluyendo a los de la ciudad de la mezquita. También llegó puntual el presentador del acto, Javier Taboa. Hasta el patio colindante con la sede de la peña, con la abuela Manuela en el recuerdo y un mosaico de la Virgen del Rocío en la puerta de su casa, se encontraba desierto .

Una hora más tarde, pese a la lluvia, algunas personas decidieron formar cola bajo los paraguas para no marcharse sin probar los erizos, que se prestaron rápidamente a cortarles desde el otro lado de la barra los colaboradores de la peña, cubiertos con unos improvisados chubasqueros de bolsas de basura.

El presidente Antonio Rueda, que estaba pendiente de conocer la decisión de la peña El Molino sobre la celebración de la Ostionada, comunicaba alrededor de las dos de la tarde que se suspendían los ensayos generales previstos, si bien se iba a continuar ofreciendo erizos al público que se acercara hasta la calle Cristo de la Misericordia.

La sede de la peña comenzaba también a llenarse de invitados, entre ellos el presidente de la Federación de Peñas y Entidades Caleteras, Manuel Henry, que se encuentra inquieto por la organización del 27 concurso de popurrís, dadas las dificultades que está encontrando para cubrir los gastos que supone, pese a que los premios llevan al menos diez años sin aumentar su dotación.

También llegó el teniente de alcaldesa Juan Antonio Guerrero, que impuso la insignia de la peña a María Rosa Macías, antigua componente del coro de Adela del Moral. Igualmente visitó la entidad Basilio Ruiz, el veterano corista lasaliano.

Más tarde lo hizo el teniente de alcaldesa delegado de Fiestas, Vicente Sánchez, con las nueve aspirantes a diosa del Carnaval 2010, que animaron a la concurrencia con coplas y baile. Y a la empapada fiesta se sumó también la concejala Carmen Obregón. Tampoco faltó a este evento gastronómico el edil de Izquierda Unida Sebastián Terrada.

ostionada

La insistente lluvia y el gélido frío no consiguieron suspender la XXIV edición de la Ostionada Popular. La deslucieron, claro está. Pero el presidente de la peña El Molino, Antonio Pérez Jiménez, manifestó no estar muy disgustado tras percatarse, pasadas las dos de la tarde, de la considerable hilera de paraguas que aguardaban cola en San Antonio para hacerse con un plato de ostiones, una tapa de pimientos asados y una cerveza: "Es digno de ver. En Cádiz hay gente para todo", sonrió bajo la lluvia.

En esa cola formada por medio centenar de personas se encontraba un matrimonio que había venido expresamente desde Sevilla para participar, por primera vez, en estos festejos gastronómicos que preceden el Concurso carnavalesco del Falla. "Ya que hemos venido para esto, nos quedamos. Qué le vamos a hacer", dijo resignada la mujer.

Fuera de la cola, a escasos metros del escenario, se ubicaba el veterano carnavalero Pepe de Ana. El que fuera componente de la compara 'Los chulapos', entre otras agrupaciones, lamentó que el agua que caía del cielo le impidiera saciar su sed de coplas: "Tenía muchas ganas de escuchar ya algo Carnaval, por eso he venido. Pero aquí no se puede estar. Me quedaré sólo un ratito a escuchar el coro del Lamas y luego me iré".

El toldo colocado sobre el tablao de San Antonio permitió a varias agrupaciones estrenar sus tangos en la calle, pero de los ocho grupos previstos sólo pisaron el escenario cuatro. El primero en hacerlo fue 'El cofre del tesoro', del gaditano Juan Antonio Lamas y con música rubricada por Antonio Martín. Le sucedió 'Los muertos del coro', nuevo agrupación de Puerto Real; 'La pesadilla', de Puerto Real; y 'El chivatazo', de San Fernando.

Hubo tangos, pero el aguacero no permitió al escaso público saborearlos. En cambio, sí se saborearon ostiones, pero no se acabó con los 1.500 kilos de los que la peña El Molino se había aprovisionado para la ocasión.

"Lo que haremos será regalar los ostiones que sobren", comentó el presidente de la entidad, quien también recordó que no es la primera vez que su peña se enfrenta a la lluvia: "Hace unos nueve años vivimos una situación peor incluso que la de hoy, y la celebración no se suspendió. En los 24 años que llevamos festejando la Ostionada nunca se ha cancelado".

Además de los coristas de los cuatro grupos mencionados, también pasaron por el tablao las nueve ninfas y las siete personas a las que la peña El Molino ha querido distinguir este año con su insignia de oro. Esos galardonados son: el directivo de Supersol Daniel scholl; el gerente de Mariscos Cortemar, Enrique Cortés, y su socio Miguel Cortés; el corista Leonardo Calle; el propietario de Cumbres Mayores Isidoro Cárdenas; la periodista de Diario de Cádiz Virginia León; y el periodista de Canal Sur Juan Manzorro.

A las tres y media de la tarde, la lluvia dio una breve tregua, pero la fiesta ya estaba aguada. Los socios de la entidad carnavalesca aprovecharon la escampada para echar el cerrojo al deslucido festejo.

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