LO peor que le puede pasar a alguien es vincularse con el Carnaval. Es un sinónimo de ruina.

¿Cuales son los Carnavales más famosos? Venecia. Tal vez por eso la serenísima es una ciudad decadente que se hunde inexorablemente en el barro de su laguna, convertida en un parque temático para turistas y recién casados.

¿Otra? Río de Janeiro. En Carnaval se multiplica el número de asesinatos en una ciudad rodeada por un cinturón de pobreza en forma de favelas, donde hay que entrar armado en el sentido bélico de la palabra.

¿Otra más? Trebujena. Todo lo que le ha dado el mosto y las angulas a ese laborioso pueblo se lo está quitando el Carnaval. Es esta una fiesta que contamina y se come todo lo que toca.

Por eso en Fritur, para promocionar a los países turísticos que acuden a Madrid a esa feria, se desplazan conjuntos musicales de todo tipo sin que a nadie se le ocurre llevar una comparsa.

Ni siquiera hay una ONG de chirigotas sin fronteras por el mundo, porque lo pueden poner peor.

Miren el simpático y nuevo presidente de los Estados Unidos, con Bruce Springsteen en su campaña electoral. Si Barack Obama se hubiera hecho propaganda con una chirigota hoy no habría conseguido ser ni el presidente de la comunidad de su bloque.