Una verdad que miente, extraña verdad.

Lo hemos visto, parar el mundo no sirve para retratarlo; el mundo es movimiento y vida.

Ha surgido un nuevo político de diseño que habla en tono mongil y aleccionador, bajito pero impertinente.

Se dibuja unretrato de un mundo infantilizado y ñoño que llora por un caramelo mientras todo zozobra.

La izquierda no protesta porque haya ricos y pobres sino, precisamente, por quedarse sin ricos.

No puede ser, a la vez, la orgullosa promotora de la ley y víctima de los desaguisados que no ha sabido prever.

Tamames ha sido llamado por Abascal, como hiciera Santiago Segura con Tony Leblanc.

La política es una labor aprendida para gustar no para gobernar; no les importa caer en ridículo.

Quiero hablar del cine español, que se ensucia con tanta facilidad pero que nos ha regalado toda su grandeza.

Todos vamos construyendo nuestra propia decadencia.