Se llama Jon Ander y se apellida Garrido Moracia. Pero por encima de estos datos personales está su identidad, la de un jugador comprometido que de nuevo aparece en primera línea. Garrido echa el ancla, regresa su mejor versión, la que enamoró al cadismo cuando descendió desde los Altos Hornos hace ya algunos años. Se puede decir que el '5' ha vuelto.

El encuentro contra el líder fue la confirmación de que el mejor Garrido está ya en casa. La segunda parte del centrocampista vasco resultó simplemente perfecta. Se adelantó en todas las acciones a los adversarios y, como buen 'perro de presa', abarcó todas las zonas del medio para crear, junto a José Mari, esa telaraña que fue ahogando al Levante.

Altura, presencia, valentía, participación y oficio, mucho oficio en beneficio de un equipo que le necesita cuando él va de frente, a tope, con máxima profesionalidad y dedicación a lo que mejor sabe hacer. Garrido ha vuelto y piensa quedarse para vivir como actor principal lo que está por llegar en las jornadas que faltan.

El pivote bilbaíno se ha perdido la mitad de lo que se lleva disputado de segunda vuelta. Siete apariciones en 14 jornadas, la mitad de ellas frenadas por la lesión que le dio la cara después de jugar en el feudo del Mallorca y cuya recuperación dio más guerra de la deseada hasta que hace dos semanas llamó a la puerta de Álvaro Cervera con el 'apto' para todo. Dos jornadas y dos titularidades consecutivas para exponer sobre el césped, en Huesca y el pasado sábado ante el Levante, que su estado actual invita a pensar que debe ser uno de los dos elegidos para su puesto. De hecho, ante el líder fue Abdullah el sacrificado a pesar de su papel como teórico titular dentro del equipo a lo largo de la temporada.

Garrido cumple su tercera campaña en el Cádiz contando las dos que lleva al completo (2014-15 y la actual) y las dos medias que compartió con etapas en el Barakaldo (2013-14) y el Racing de Ferrol (2015-16). Fijo para todos los entrenadores hasta que en enero del año pasado Claudio Barragán y el club entendieron que era conveniente cederle, ya que su rendimiento había bajado de manera alarmante por causas no solo deportivas.

Posiblemente su etapa en Ferrol, lejos de Cádiz, el Cádiz y del ascenso que logró el equipo sin estar él en la plantilla, le hizo recapacitar y priorizar sobre lo conveniente para su futuro como futbolista. De esta forma vuelve un jugador que está llamado a ser importante y que esta campaña, salvo por los problemas físicos que ha sufrido en dos ocasiones, lo ha demostrando en la zona ancha.

Lo curioso es que Garrido sea un hombre tan decisivo y necesario cuando hasta el momento es el tercer pivote -de los cuatro que hay en la plantilla- en cuanto a partidos disputados en la competición liguera. Es decir, sin ser uno de los dos más utilizados, el equipo ha superado las expectativas creadas en un principio.

Garrido acumula 23 partidos de Liga, mientras que por delante suya están José Mari (24) y Abdullah (27). Más descolgado respecto a estos tres se encuentra Eddy Silvestre (18). Sin embargo, las características del vasco no las tienen ninguno de sus competidores, lo que eleva su porcentaje de favoritismo a la hora de ser elegido por el entrenador.

Ante el Levante, el jugador formado en la cantera del Athletic Club de Bilbao despertó el 'león' que lleva dentro y que pudieron disfrutar el equipo y la afición, pues en la segunda mitad se ganó con creces haber sido el mejor hombre del partido. No hubo una jugada que iniciara el equipo valenciano y que no frenara él en ese derroche de pundonor, sacrificio y buena colocación que brindó al fútbol en la mejor fase del equipo en el último partido.