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Una victoria amplia y una noche fea

  • El colista y la amenaza de lluvia restan espectadores en las gradas

El de ayer era el día ideal para manta, caldito y fútbol por televisión porque la amenaza de lluvia y el hecho de enfrentarse al colista de la categoría de plata restaban interés a los aficionados para estar presentes en el Ramón de Carranza. Los 8.758 espectadores, según datos del club, confirmaron que ayer muchos cadistas entendieron su pasión de otra manera, que tampoco es mala opción.

El minuto de silencio por el linense José Gallardo, ex jugador del Cádiz y del Sevilla en la década de los 50, dio paso a un inicio de frotarse los ojos porque el Sevilla Atlético tuvo la primera ocasión en apenas 15 segundos. Mal síntoma, tanto como el aspecto del cielo -amenazando lluvia- y las rachas de viento que generaron más problemas fuera que dentro del estadio. El único incidente sobre el césped fue la desafortunada lesión del gaditano Felipe Chacartegui, quien a los siete minutos tuvo que dejar el partido en el campo del equipo de su tierra. Mala suerte.

Los postes y el larguero fueron protagonistas en la antesala del uno a cero. Los "uy" del respetable acabaron en el ansiado "goool" cuando Álvaro García acertó a fusilar la portería del filial. Alegría en las gradas pero siempre todo muy comedido porque quedaba claro el nivel y potencial del adversario.

El segundo tanto del Cádiz, obra de Álex Fernández, puso de relieve que la debilidad de los hispalenses era total y que estaba plenamente justificada su clasificación en el fondo de la tabla de Segunda A.

El marcador era lo más caliente en una noche de lógico ambiente frío por la ausencia de entre cinco y seis mil cadistas. Tampoco el juego era cautivador y la gente miraba más al cielo y a los paraguas, sobre todo cuando un chubasco apareció en el segundo periodo 'invitando' a algunos seguidores de Preferencia y ambos Fondos a tener que dejar su lugar antes de tiempo sabedores de que el choque estaba encarrilado.

Esos que se fueron no vieron el tanto del filial y la sentencia cadista con dos goles más. Y posiblemente tampoco vieron el brazalete de capitán que lucía Servando, con el dibujo de un pescado como apoyo a Gabriel, el niño desaparecido hace unos días en Almería.

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