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El reto de un partido trampa

  • Los amarillos reciben, obligados a ganar, a un rival que lleva cinco jornadas sin conocer la victoria

Kecojevic, que vuelve tras sanción, se marcha con el balón entre Garrido y Perea en un partidillo de entreno.

Kecojevic, que vuelve tras sanción, se marcha con el balón entre Garrido y Perea en un partidillo de entreno. / fito carreto

Ojo al encuentro de esta noche. El Cádiz viene de enfrentarse en las dos últimas jornadas a dos firmes candidatos a militar la próxima temporada en Primera División y haría mal en confiarse al recibir a un Almería que pelea por no descender a Segunda B. Tras los empates cosechados ante Huesca y Rayo Vallecano, los amarillos están obligados a sumar los tres puntos para conservar intactas todas sus opciones de ascenso directo y su imperiosa necesidad de reencontrarse con la victoria choca frontalmente con la del conjunto rojiblanco por invertir una dinámica negativa de resultados que le mantiene ya cinco jornadas seguidas sin conocer el triunfo.

A dos puntos del trío de cabeza que integran Sporting de Gijón, Rayo Vallecano y Huesca, éste con un enfrentamiento menos por el aplazamiento del que le medía al Albacete el pasado fin de semana, el titular de la Tacita de Plata afronta la 34ª jornada con el aliciente añadido de que un marcador positivo le permitiría abrir o recortar distancias, según el caso, con sus adversarios directos porque se disputan otros tres choques de trenes entre aspirantes que ocupan plaza en una zona alta con más inquilinos que nunca: Granada-Osasuna, Zaragoza-Huesca y Lugo-Oviedo.

Los antecedentes de esta misma campaña, el 1-0 en Copa del Rey y el 0-2 en la primera vuelta de la competición liguera, invitan al optimismo, pero desde entonces ha llovido y mucho, nunca mejor dicho. En efecto, el Cádiz batió a los almerienses en el torneo copero allá a principios de septiembre, demasiado al principio del curso para calibrar el verdadero nivel de uno y otro, y a domicilio cuando se encontraba inmerso en su mejor momento, cuando encadenó de hecho nada menos que 11 encuentros consecutivos sin perder. Además, aquel Almería de Ramis practicaba un fútbol que sin duda se le da mejor a los hombres de Cervera, encantados cuando cuentan con espacios suficientes para salir rápidos a la contra. Por el contrario, el de Lucas Alcaraz, el que hoy visitará el Ramón de Carranza, es un bloque más compacto, más pertrechado e intenso en labores defensivas. Un duro hueso de roer por más que los números y la tabla clasificatoria se empeñen en indicar que sobre el papel los locales se presentan como claros favoritos. Por eso se trata de un partido trampa.

Otra motivación para los gaditanos, menor no obstante, es superar la segunda mejor racha sin perder en la presente campaña, los cuatro envites que enlazaron al inicio frente a Córdoba (1-2), Alcorcón (0-0), Lugo (0-1) y Nástic (2-0) antes de ceder en Oviedo (1-0). En esta ocasión el objetivo es dar continuidad a las victorias que, tras el batacazo en Pamplona con Osasuna (1-0), sucedieron sobre Sevilla Atlético (4-1) y Cultural en León (0-1), y a las igualadas contra Huesca y Rayo (ambas 1-1). Y si es venciendo, mejor que empatando, claro está.

Un desafío para permanecer en la parte noble que se antoja harto complicado por varias razones, quizás la de mayor peso la dificutad para performar el marco contrario. A estas alturas parece absurdo discutir que el Cádiz de Cervera es lo que es y está donde está por su entramado defensivo. Llegará hasta donde tenga que llegar más por los goles que no encaja que por los que marca. Dicho esto, con 12 tantos a favor en lo que va de segunda vuelta, sólo tres en los últimos seis partidos sin contar la excepcionalidad del día del filial sevillista, la cosa pinta gris oscuro tirando a negro. Si encima se le echa un vistazo al calendario y se observa lo que está por venir, más vale agarrarse a la fiabilidad mil veces mostrada y a los destellos puntuales de los hombres más ofensivos. No queda otra.

Y la primera de las nueve finales que restan no es moco de pavo porque al Almería le va la vida en la contienda. Con 37 puntos, cuatro más que la Cultural y cinco más que el Córdoba, marca la frontera con la zona de descenso. Desde que se impuso por 2-1 al cuadro leonés el pasado 24 de febrero no sabe lo que es celebrar un éxito más allá de las meritorias tablas obtenidas en Huesca (2-2). Después de eso, reveses ante Rayo Vallecano (0-1), Valladolid (2-1), Reus (1-0) y Sporting (1-3). Las visitas a los aragoneses y los pucelanos, así como al Oviedo (2-1), pueden servir como una buena referencia del grado de dificultad que entraña este rival.

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