Cádiz-Lucena

Un punto que no cierra el círculo (0-0)

  • El cuadro amarillo no pasa del empate ante el mejor equipo de la segunda vuelta y mantiene abierta la lucha por la salvación Los gaditanos merecen la victoria en la primera parte y mandan el balón a un palo en el minuto 93

El Cádiz se ha empeñado en complicarse la existencia hasta final de curso y lo ha conseguido. El empate en casa ante el Lucena resulta insuficiente para un equipo que sigue metido de lleno en el fango a falta de tres jornadas, aunque con un poco de distancia que en principio debería ser suficiente para dar esquinazo a la promoción salvo que mata la pata más de lo debido. Quién ha visto y quién ve a este club, sumido en una profunda crisis económica que se extiende al ámbito deportivo. En lugar de codearse con los mejores en busca de una plaza por la fase de ascenso a Segunda División A, se ve envuelto en un enredo para cerrar la permanencia en un inquietante mes de mayo en el que más le vale no cometer más errores de la cuenta. Dos salidas consecutivas Jaén y Sanluqueño- y la última jornada en casa -ante el Almería B- presenta un escenario nada fácil en las próximas tres semanas.

 

El Cádiz encadena tres partidos consecutivos sin ganar y sin marcar un gol en casa. Y eso que ayer debieron celebrar el triunfo gracias a un buena primera parte. Los amarillos sólo sumaron un punto frente al mejor equipo de la segunda vuelta en un choque en el que fueron de más a menos con un pico alto al final en el que pudo lograr la victoria frente a un conjunto celeste que se mostró conforme con el punto -las dos sustituciones en los minutos finales así lo demuestran-. El Lucena fue un equipo ordenado, pero sin mordiente en ataque.

 

Las defensas impusieron sus jerarquías frente a unos ataques desacertados. Tanto la zaga cadista como la cordobesa -incluido Limones- aprobaron el examen con nota en detrimento del espectáculo. Además de la falta de puntería, los locales se toparon con la mala suerte de la lesión de Jorge Luque en los compases iniciales del partido. 

 

La salida fulgurante del Cádiz le hizo acreedor a una diana tempranera que no se hizo realidad de milagro. Carlos Álvarez estuvo a punto de marcar el gol de la temporada (minuto 3) con una chilena a la que Limones respondió con un paradón tan brillante como el remate del asturiano. Casi sin respiro, una volea de Juan Villar desde la frontal del área rozó el palo derecho de la portería visitante. La vida sonreía a un Cádiz que pronto se vio golpeado por el prematuro abandono de Jorge Luque por lesión, sustituido en el minuto 7 por Pablo Sánchez.

 

Los amarillos, lejos de desanimarse, no levantaron el pie del acelerador y de nuevo rozaron el gol (minuto 8) con un testarazo de Carlos Álvarez a la salida de un córner -solo en el corazón del área-, que se escapó por centímetros por encima del larguero.

 

El primer cuarto de hora se esfumó sin un tanto que hubiera premiado los sobrados méritos acumulados por los hombres vestidos de amarillo y azul. Los aracelitanos aguantaron el tipo atrás y empezaron a soltarse en ataque pasado el cuarto de hora. En el minuto 18 disfrutaron de su primera oportunidad tras un saque de esquina rematado en segunda instancia por Fernando que detuvo Aulestia con seguridad.

 

Los gaditanos espaciaron sus llegadas al área contraria, aunque no por ello dejaron de crear ocasiones. Juan Villar se erigió en el baluarte ofensivo, pero su precipitación en los metros finales y la solvente actuación de Limones dejaron al fútbol sin la salsa de los goles. Hasta cuatro intentos frustrados protagonizó el onubense desde el minuto 19 hasta 39, pero el acierto brilló por su ausencia. No fueron las únicas ocasiones locales. Josete mandó fuera un cabezazo tras un córner y de nuevo el portero visitante salió al quite para atrapar un duro disparo de Fall al filo del descanso.

 

Nueve veces vio de cerca el ansiado gol un Cádiz que mereció llevarse al vestuario alguna ventaja en el marcador en el intermedio. Los lucentinos apenas inquietaron y sólo se acercaron con cierto peligro una vez más merced a un exceso de vista de Carlos Álvarez, que en un saque de esquina dejó pasar el balón en el primer palo y la pelota se estrelló contra el poste ante la angustiosa mirada de Aulestia.

 

La segunda parte comenzó con un susto para la parroquia cadista. Entre Moke y Fall sacaron la pelota justo a tiempo para evitar el gol del Lucena en un remate a bocajarro de Juanjo. La sombra de los dos recientes derrotas consecutivas en casa empezó agrandarse. Los cordobeses salieron más entonados, se hicieron con el control del esférico y merodearon una y otra vez al área local.

 

El Cádiz se quedó dormido a la conclusión del descanso y se encomendó a una defensa que solventó con seguridad las acometidas lucentinas. El equipo amarillo dio la sensación por momentos de partirse en dos, desapareció en ataque salvo algunas acciones esporádicas de Juan Villar con más voluntad que acierto. Tardaron los anfitriones en acercarse al gol en la segunda mitad. Fue en el ecuador, cuando Juan Villar, cerca de la portería pero algo escorado, optó por disparar -la defensa taponó el lanzamiento- en lugar de servir el pase de la muerte a Pablo Sánchez y Peragón, solos en boca de gol.

 

El encuentro caminaba directo al empate a cero con la sensación de conformismo de un Cádiz que enfilaba la recta final con seis jugadores de corte defensivo. Tomás sustituyó a Carlos Álvarez y Albentosa hizo lo propio por el lesionado Moke. Paradojas de la vida, fue entonces cuando los locales se aproximaron más a Limones en un último esfuerzo por tratar de conseguir tres puntos que le hubieran dejado al borde de la permanencia. El cancerbero visitante, acertado toda la tarde, salió al rescate de su equipo al repeler un zurdazo lejano de Fall, que había adelantado su posición tras ubicarse Albentosa como acompañante en el centro del campo.

 

Un peligroso centro de Tomás y dos remates de Peragón sin puntería prolongó el insuficiente bagaje del Cádiz en la segunda mitad. Una portería lucentina empequeñecida y el destino esquivo aportaron su grano de arena. Una vez más, el Cádiz se estrelló con el palo, esta vez en el tiempo de prolongación  cuando entre Limones y el poste impidieron el estreno goleador de Granell como cadista.

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