Mucho se habla de la llegada de jugadores para el nuevo proyecto del Cádiz. Desde la portería hasta la punta de ataque, prácticamente todas las demarcaciones están señaladas como vacantes para el aterrizaje de fichajes. El mercado lleva su ritmo y el Cádiz el suyo. Sin embargo hay otras operaciones sobre la mesa que trascienden menos pero que no por ello son de importancia menor. Es el caso de jugadores con contrato en vigor que no tienen garantizada una plaza en el plantel.

La entidad comunicó hace unos días que Iván Malón y Migue González no renovaban sus compromisos por decisión de los dirigentes. Sí lo hicieron Sankaré y Rubén Cruz. Luis Ruiz decidió cambiar de aires y poner rumbo a Lugo, y casos como Aketxe, Ortuño y Santamaría se debían al final de sus cesiones. Dani Güiza, con contrato en vigor, ha sido el primero que ha tenido que rescindir su contrato al no entrar en los planes para la campaña que viene. El jerezano ha roto la baraja en ese sentido.

La puerta está abierta para recibir a los nuevos, aquellos futuros integrantes del Cádiz que suenan por todas partes pero que sólo Quique Pina, Juan Carlos Cordero y su gente de confianza saben realmente quiénes son. Pero esa misma puerta permanece abierta si se mira desde el interior del club. Abierta por si fuera preciso 'invitar' a otros jugadores con contrato a tener que bajarse del barco. Todos los que tienen firmado su vínculo son legalmente futbolistas del Cádiz, pero eso no quiere decir que a primero de septiembre todos ellos sigan de amarillo en este equipo.

Nico Hidalgo es uno de los casos que podría encajar en este perfil. El jugador era propiedad de la Juventus hasta el pasado mes de marzo, si bien el club cadista aceleró gestiones para hacerse con su propiedad hasta el 30 de junio de 2019. Una maniobra para asegurarse a un extremo de 25 años que sabe lo que es jugar con un equipo de Primera; lo hizo en Copa del Rey defendiendo la elástica del Granada. Su carrera deportiva sólo conoce dos tierras, Granada y Cádiz. Formado en el Motril, el equipo del Nuevo Los Cármenes echó mano de él tras jugar en Tercera con el equipo de su tierra. Cuatro años en el filial del Granada, con el que consiguió el ascenso a Segunda B, antes de poner rumbo hacia el Carranza con el aval de Pina y Cordero. Su ciclo como granadinista era con permiso de la Juventus, que le tenía en propiedad.

Se da el caso de que Nico Hidalgo tuviera que buscar destino antes de que cierre el actual mercado de fichajes. Nada hay en firme porque los dirigentes tratan con enorme cuidado la situación sin anticiparse en el tiempo a lo que pueda pasar, ya que cabe la posibilidad de que se considere que de nuevo con la pareja Salvi-Nico esté perfectamente cubierta la banda derecha.

Otro nombre que reúne el mismo perfil de jugador con contrato que podría cambiar de destino es el de Eddy Silvestre. La apuesta de los gestores deportivos hace un año, cuando le ficharon tras jugar media temporada en el Córdoba y la otra mitad en el Éibar, ha dejado contenta a poca gente, que aunque no decide el futuro de los profesionales sí marca las sensaciones generales. Desde el Cádiz -cuerpo técnico, compañeros y dirigentes-, la defensa sobre el jugador nacido en La Mojonera (Almería) ha sido una constante a lo largo del último curso. Cuando mayor era la disconformidad de la grada por su rendimiento y se acentuaban sus líos extradeportivos por su etapa en el Éibar, el respaldo de su entorno más cercano fue contundente.

Eddy ha tomado parte en 20 encuentros de Liga (nueve como titular) y uno de Copa del Rey. Marcó en Liga el tanto que dio el empate en el feudo del UCAM. Tiene contrato hasta el año que viene y, por el momento, parece que no se contempla ampliarle ese vínculo de cara a que salga cedido.

Nico y Eddy están llamados a presentarse el próximo jueves al inicio de la pretemporada del Cádiz como integrantes del plantel. El desarrollo de los acontecimientos y los fichajes harán ver si tienen sitio en el equipo de Álvaro Cervera o si a partir de la segunda quincena de agosto les toca defender otro escudo. No cabe duda que la llegada de buenas alternativas a sus posiciones en el campo les harían perder muchas opciones de continuar.