quique pina. consejero delegado del cádiz cf

"He pasado un infierno porque Vizcaíno me ha tenido bloqueado"

  • El promotor del club asegura que Cordero y él nunca han dejado de trabajar y critica sin tapujos al presidente

  • "Las decisiones que él tome las tengo que respetar aunque no opine igual"

Quique Pina, consejero delegado del Cádiz y responsable de la gestión deportiva.

Quique Pina, consejero delegado del Cádiz y responsable de la gestión deportiva. / jesús marín

-¿Qué ha pasado entre Quique Pina y Manuel Vizcaíno en los últimos tiempos?

-Para explicarlo hay que contarlo desde el principio. En su día se creó Locos por el Balón con mi hermana como administradora y la idea de que mi padre fuera el presidente del Cádiz. Confié en Vizcaíno como socio porque le vi entregado, con interés en estar a mi lado, y le iba a encargar la gerencia del club porque yo en ese momento estaba en el Granada y no podía estar en el Cádiz, lo único que podía hacer era ayudar en lo deportivo.

El Consejo Superior de Deportes decidió que por vínculos familiares no podían estar mi hermana y mi padre y en lugar de buscar a una persona de mi entorno cumplí la Ley y le propuse a Vizcaíno dejarle la administración única de Locos por el Balón y la presidencia del Cádiz con la idea de que cuando yo pudiera estar el presidente fuera mi padre o yo.

Cuando se hizo la subasta de las acciones Vizcaíno nombró a Carlos Medina apoderado de Locos por el Balón y después surgieron problemas entre ellos que yo intenté solucionar. Vizcaíno no cumplió sus compromisos con él y su hija en la firma de dos contratos y además quería que me posicionara del lado del presidente. Yo no me decanté por nadie, no me gustaba hacer un proyecto con fricciones. No se ascendió -era la temporada 2014/15- y al año siguiente hice el equipo con Jorge Cordero de director deportivo. Cuando me fui del Granada y vine aquí me encontré con la sorpresa de que Vizcaíno se negó a compartir la administración de Locos por el Balón y se negó a dejar la presidencia como le pedí, y puso como excusa que le había dejado solo cuando en realidad no fue así. Jorge Cordero se marchó pero quiso volver en enero y el presidente se negó. El equipo ascendió con los jugadores que habíamos traído nosotros. De los titulares en el play-off el único que no era nuestro era Migue.

La doble negativa de Vizcaíno me llevó a tener que aceptar un pacto porque no había otro remedio. Siempre quise venir al Cádiz. Cuando hace años dejé el Ciudad Murcia ya intenté comprar el club. La cuestión es que ese pacto de agosto de 2016 recoge que yo era consejero delegado solidario para la parte deportiva y él tenía su parcela. El que no cumpla tiene que pagar una indemnización millonaria y hay penalizaciones para el que se meta en la parcela del otro. Me llevé toda la temporada pasada esperando que me diera el poder de la firma en la parte deportiva pero no lo hizo y cuando nos eliminó el Tenerife le dije que había que celebrar un Consejo de Administración para poder tener esa firma. Pero cuando vi que no me la daba mantuvimos una reunión en Murcia en la que se comprometió a dármela. De hecho, el club emitió una nota en la que anunció el acuerdo. Pero tampoco me daba la firma que yo reclamaba en virtud del pacto que habíamos firmado un año antes.

-Y entonces se produce el bloqueo de los fichajes.

-Yo no he bloqueado nada porque no tenía la firma en el apartado deportivo. He pasado un infierno porque era Vizcaíno el que me tenía bloqueado a mí. A Vizcaíno le dije que no soy partidario de que él siga de presidente y le dije que debe dejarlo. La cuestión es que en el pacto se recoge que él sería presidente dos años -en teoría hasta al término de la próxima campaña- y es difícil que asuma que debe dejarlo porque tiene el síndrome presidencial, que volverá a tener cuando acabe la temporada.

Me encontré en una situación difícil porque no podía firmar jugadores, sólo esperar que se cumpliera el pacto. Se ha demostrado que Juan Carlos Cordero y yo no habíamos parado fichajes. No hemos parado de trabajar en ningún momento. Hablamos con el Espanyol por Rober Correa, estábamos negociando con Álex Fernández... Los fichajes se cocinan con tiempo y hemos traído los jugadores que queríamos. He pasado un calvario porque quería tener lo que me correspondía del pacto.

-¿Qué hubiese pasado si Vizcaíno no le da la firma?

-Llegó un momento en que la única solución que me quedaba era acudir a los tribunales para reclamar el cumplimiento del pacto. Lo que menos me gusta es tener que recurrir a los Juzgados, pero no me quedaba otra salida.

-¿Ha perdido la confianza en Vizcaíno?

-Repito que he vivido un infierno, he pasado una situación que no tenía que haber vivido. Es injusto que llegue del Granada y me encuentre con que hay una persona que no me quiere dar lo que me corresponde. E insisto en que el ascenso fue con el equipo que hicimos nosotros. Hice un esfuerzo económico, llevé al Cádiz jugadores cedidos por el Granada porque el Cádiz no podía afrontar esas operaciones. Para evitar que Doyen demandara a Locos por el Balón compré un préstamo de 1,1 millones de euros que Locos por el Balón le había prestado al club. Se evitaba así un grave problema para el club. Y resulta que Vizcaíno, que quería ser mi subalterno, tuvo la administración de Locos por el Balón y la presidencia del club porque yo se lo di y cuando yo quise venir al Cádiz me negó estar en el proyecto que yo había puesto en marcha.

El problema de Locos por el Balón sigue ahí porque me sigue negando la administración mancomunada cuando no caben excusas. Es una situación grave e injusta, pero ahora no es mi principal preocupación, eso llevará su tiempo y estará en manos de abogados. Para mí el infierno era no poder trabajar según lo recogido en el pacto. Ahora por fin puedo trabajar con tranquilidad. Estoy centrado al cien por cien en el Cádiz.

-¿Cómo valora la gestión de Vizcaíno como presidente del Cádiz?

-Cuando le conocí comprobé que podía servir para determinados asuntos, pero ser presidente le ha llevado a cambiar su manera de ser, funciona con la máxima de aquí mando yo y eso es lo que hay, y cuando eres presidente no hay que decir eso ni exigir voluntades, ni presionar, ni buscar mucho protagonismo. Hay que ser líder y carismático y él no lo consigue por su forma de ser. Se han vivido casos en los que no se han dado las formas adecuadas.

Vizcaíno tiene cosas buenas. Es muy trabajador, se vuelca con las directrices que se le puedan marcar y no se le deje pensar. Es perseverante. El problema es que si utiliza su ego se derraman sus virtudes.

Un ejemplo de su afán de protagonismo es que el Cádiz es el único club que pertenece a la vez a la comisión delegada de la Real Federación Española de Fútbol y de la Liga de Fútbol Profesional y eso es algo que no nos beneficia porque son dos órganos que tienen sus diferencias y si en un lado votas algo que perjudica al otro te puedes meter en un problema. Cualquier posición que adopte el Cádiz no beneficiará al club. Si no eres uno de los clubes grandes lo mejor es ser discreto, tener protagonismo cero, que nos vean como un club respetuoso por sí mismo.

-¿Las difíciles relaciones entre ambos pueden influir en la marcha del club?

-No afectará. Él tiene libertad para funcionar así porque mi parcela es la deportiva y él tiene la suya. Aunque haya pasado de subalterno a torero y le den mil cornadas él sigue igual. Las decisiones que él tome las tengo que respetar aunque yo tenga opiniones distintas, que se las digo.

-¿La plantilla es más potente que la anterior campaña?

-No se trata de eso. No es lo que importa a la hora de la verdad. Puede dar esa sensación a nivel de nombres pero la clave radica en mantener la línea humilde de la última temporada. Si no se corre como el año pasado podemos tener problemas porque hay mucha igualdad en la categoría. Si por haber quedado quintos y haber peleado por el ascenso nos creemos algo y los nuevos no se adaptan lo podemos pasar mal y vernos en situación de descenso. En Segunda División A no hay término medio.

-¿Teme que se creen demasiadas expectativas después de la gran temporada en el regreso a Segunda A?

-La afición del Cádiz es única y dependemos de ella. Si apoya de la misma manera y sabiendo que es muy complicado será una gran ayuda. El año pasado ganamos puntos gracias a nuestros seguidores. La afición va a muerte con los jugadores y ellos se contagian. Lo vivido la pasada temporada con el papel de la afición es lo máximo que he visto, los recibimientos al equipo, siempre dando su apoyo... Algo difícil de describir. Pero sin olvidar nunca que esto es muy difícil, que hay equipos que han pasado en un año de jugar el play-off a descender o a quedarse a poco de bajar. Por eso no me canso de apelar a la humildad, al trabajo diario y a la pelea constante en cada partido, que es como quiere el entrenador.

-Por cierto, ¿le inquieta la posibilidad de que Sinergy pueda recuperar sus acciones del Cádiz? ¿Qué haría si eso sucede?

-Ese asunto es un problema para el Cádiz y para Locos por el Balón y lo mejor es que se llegue a un acuerdo. El Juzgado le ha dado la razón a Sinergy, el litigio continúa abierto y el Cádiz está por medio. Su abogado habla bien de mí, de que yo sea presidente, lo que agradezco. A día de hoy Sinergy no puede establecerse en el club pero quién sabe qué puede pasar mañana. Yo prefiero llegar a una acuerdo antes de que el juez decida. Sinergy ya ha dejado claro que no quiere quedarse y eso es positivo, pero sí busca una compensación económica y lo mejor sería encontrar una solución.

-¿Qué opina sobre la demanda que el Cádiz ha puesto a los administradores concursales?

-Eso es algo que no entra en mi cabeza. Siempre he tenido claro que no hay que recurrir a los Juzgados salvo en casos como el del pacto, que no se cumplía. No entiendo que el presidente vaya a por ellos sin sentarse a hablar y buscar soluciones. La demanda no es el camino, el mejor camino es el diálogo. Es un tema que yo no puedo decidir porque no entra dentro de mis competencias, pero tengo claro que si yo fuera el presidente no hubiese puesto la demanda contra personas de Cádiz que trabajaron por el club.

-¿Ha pedido a Luis Oliver que se una al proyecto del Cádiz?

-Eso es una barbaridad. No he hablado con Oliver del Cádiz y nunca lo haré. Eso es algo que salió en pleno conflicto por lo de la firma, fue una filtración con mala leche para tirarme a los caballos pero es falso, como falso es el interés en el fichaje de Reyes. Eso fue una parodia. Fueron dos perdigones fallidos y no me refiero a los medios de comunicación, sino a quien los lanzó.

-¿Ha pensado alguna vez en abandonar el barco?

-Nunca, y ahora todavía menos. Estoy con los cinco sentidos puestos en el Cádiz, en la defensa del escudo. He notado la confianza de la afición en estas semanas que lo pasé mal y yo le respondo a base de trabajo. Voy a luchar a muerte por conseguir que el proyecto sea como el que yo pensaba cuando lo comencé y lo lideraba.

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