Cádiz CF

Los dos mundos paralelos de David Barral

  • El delantero es protagonista por sus goles y por sus deslices

David Barral intenta llegar al balón antes que Dani Nieto en el partido contra el Numancia.

David Barral intenta llegar al balón antes que Dani Nieto en el partido contra el Numancia. / FITO CARRETo

El recorrido de David Barral en el Cádiz se bifurca en dos caminos. Uno dibuja un paisaje idílico, el de un delantero que lleva el gol en la sangre, como no tardó en demostrar en cuanto el balón empezó a rodar en la competición. Necesitó sólo 38 segundos para firmar su primera diana en su estreno oficial como cadista. Acredita cinco tantos -tres en la Liga contra el Córdoba, el Lugo y el Nástic de Tarragona, y dos en la Copa del Rey frente al Almería y al Osasuna-. Su arranque fue tan espectacular que hizo olvidar a Alfredo Ortuño gracias a sus goles y a su trabajo sobre el césped. Todos son elogios para el veterano ariete por su brillante rendimiento.

El otro camino es oscuro, brumoso, con tropezones que frenan su aportación. En Oviedo, Barral fue castigado por el entrenador por un acto de indisciplina que nunca fue explicado del todo más allá de que llegó tarde al paseo del equipo por los alrededores del hotel. No jugó en el Carlos Tartiere y en su regreso al once en la Liga, una imprudencia provocó su expulsión en el envite ante el Numancia. Dejó al equipo con diez con más de medio parido por delante y las posibilidades de victoria quedaron reducidas a la mínima expresión. La cartulina roja -producto de una doble amarilla- le impedirá además estar disponible para la inminente visita al Lorca FC, un inconveniente más para un equipo que necesita los goles del isleño, el faro de los amarillos en ataque. Entre Oviedo, Numancia -jugó menos de medio encuentro- y Lorca, son tres las citas que se pierde Barral, que no estará en el acta de un partido hasta el duelo en casa contra el Osasuna el próximo 7 de octubre.

No ha sentado bien en el club la expulsión del artillero en el choque contra el Numancia. El consejero delegado y responsable de la gestión deportiva, Quique Pina, dijo ayer en la Ser que tiene previsto hablar con el futbolista. "Ha conseguido que tenga que hablar con él, que eso es lo peor", señaló Pina antes de explicar que "en el día a día Juan Carlos Cordero lo sabe llevar muy bien, con el entrenador ha tenido sus conversaciones y ahora yo tengo que hablar con él porque no estoy contento de las cosas que hace cara al grupo".

Pina dio y una de cal y otra de arena al jugador y del tirón de orejas pasó al elogio. "Es una buena persona y una persona con entusiasmo que falla en situaciones en las que no se da cuenta. El entrenador tiene una convivencia diaria con los jugadores y siempre se le respaldará".

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