El entrenador del Cádiz, Álvaro Cervera, no dio detalles sobre la ausencia de David Barral en la cita a domicilio contra el Real Oviedo, pero con sus declaraciones sí dejó entrever que hubo algún problema nada relacionado con problemas médicos. En declaraciones realizadas en el canal de televisión Movistar Partidazo justo después del partido, ya con la derrota consumada, el preparador cadista se limitó a decir que "hemos estudiado el partido, sabemos por qué no ha jugado y él también sabe por qué no ha jugado. No es algo que haya que hacer público". No quiso hurgar más en la herida pero sí dejó un rastro de que algo había pasado.

Fuentes del club explicaron a este periódico que David Barral llegó tarde al paseo matutino de la expedición cadista por los alrededores del hotel. La explicación del club se quedó ahí y la pregunta que flota en el ambiente es si es motivo suficiente para dejar sin jugar al delantero o si en realidad paso algo más que no ha trascendido.

La interpretación es que la demora del delantero originó la decisión del técnico de no contar con el ariete para el partido. Se trata, por tanto, de un acto que fue considerado suficiente como para dejarlo fuera del partido. Aunque el Cádiz inscribió 18 jugadores en el acta, a la hora de la verdad sólo había 17 porque el isleño no entró ayer en los planes del entrenador. La medida fue contundente y el mensaje no puede ser más claro: hay unas normas y el que no las cumpla sufre consecuencias inmediatas.

De las palabras de Cervera se deduce que la no alineación del isleño obedeció a una decisión técnica y no a problemas físicos del goleador. si no hay problemas físicos ni una explicación, las especulaciones se disparan. La ausencia de Barral en la alineación fue extraña al tratarse el máximo goleador del equipo amarillo, el único que ha marcado este temporada en Segunda A de los 18 que componían la convocatoria (David Toro hizo una diana ante el Ceuta con el Cádiz B). Pero más raro todavía fue que, con el marcador adverso en la recta final del encuentro, el entrenador apostó por el joven David Toro, debutante inexperto, y no lo hizo por Barral.

Fue entonces cuando saltaron las alarmas. ¿Estaba lesionado el isleño? Lo fácil hubiese sido decir que tenía algunas molestias, pero Cervera no buscó la excusa de alguna lesión y deslizó, sin decirlo abiertamente, que algo había sucedido para que el delantero no pasara de estar sentado en el banquillo.

Con la ausencia de Barral por motivos disciplinarios, el Cádiz se quedaba sin otro delantero tras las obligadas ausencias por lesión de Dani Romera y Rubén Cruz. El equipo amarillo tenía ocho bajas para el desplazamiento a Oviedo y la de Barral fue la novena.

La cuestión es la decisión que toma el club con el futbolista y si éste está o no disponible para el duelo contra el Osasuna de la Copa del Rey que se disputa el miércoles -21 horas- en el estadio Ramón de Carranza.