La dura recta final de temporada exige lo mejor de cada equipo. Todos están enfrascados en el cumplimiento de sus objetivos y deben dar el máximo en partidos a vida o muerte. Nadie puede respirar todavía salvo el Levante, que tiene pie y medio en Primera División. Todos los rivales son peligrosos a estas alturas. Las diez jornadas ya disputadas en una segunda vuelta que llega a su ecuador refleja con toda claridad que en ese periodo de competición todo es posible. Por ejemplo, el Nástic de Tarragona y el UCAM Murcia, colista y penúltimo respectivamente al final de la primera vuelta, han sido capaces de dar un salto de seis posiciones en los diez capítulos de la segunda y ahora residen fuera de la zona de descenso. El Oviedo, que inquilino del décimo escalón en el ecuador del torneo, ha escalado seis peldaños y el Tenerife, que entonces ocupaba la octava plaza, ha avanzado cuatro, las mismas que el Huesca, que ha remontado desde la 11ª hasta la séptima. El Lugo, de la sexta a la décima, y el Mallorca, de la 17ª a la 21ª son los que más caen una vez desarrollada la mitad de la segunda y definitiva vuelta.

Los demás equipos oscilan en un arco máximo de tres puestos más arriba o abajo, entre ellos el Cádiz, que ha pasado del cuarto al tercer puesto. En la parte alta, el perjudicado es el Getafe, el único que ha bajado al pasar de la tercera a la sexta actual.

Lo que sí queda claro es que en las 11 jornadas restantes hay tiempo para que la competición dé muchas vueltas. Los que tengan más energía y estén más acertados serán los que acaben con una sonrisa. Los que se hundan terminarán muy por debajo de donde está ahora.

El mejor equipo de la segunda vuelta es el Levante, que mantiene la misma tónica que en la primera. Ha sumado 23 puntos de los 30 ya dirimidos sobre el terreno de juego. Le sigue el Oviedo con un balance de 20 puntos, uno más que los 19 de Girona y Tenerife y dos por encima de Huesca y Nástic (18).

El Cádiz es el séptimo mejor equipo de la parte transcurrida de la segunda vuelta con 17 puntos. Se ha embolsado algo más de la mitad, aunque la dura competencia que ejercen sus rivales directos le aboca a elevar su cuenta en la recta final para poder meterse en la fase de ascenso. Suma siete puntos más que en las misma jornadas de la primera vuelta, una señal de la evolución que ha experimentado a lo largo de la Liga. Los 10 puntos de entonces no le llegaban para ir más allá de la 19ª posición, en zona de descenso. Los 17 de la segunda, con ese séptimo hipotético puesto, no le darían para meterse en el play-off.

Son balances parciales porque lo que cuenta es el recorrido completo, que sitúa a los amarillos en un escenario ventajoso porque a día de hoy, con 31 jornadas ya tachadas del calendario -tres cuartos de la competición-, es el líder de la zona de fase de ascenso aunque la distancia se ha reducido resto a sus inmediatos perseguidores. Todos ganaron el pasado fin de semana -Tenerife, Oviedo, Getafe y Huesca- y ello obliga a los hombres de Álvaro Cervera a dar un paso al frente en el próximo envite.