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Las batallas más duras

  • El conjunto amarillo se juega buena parte de sus posibilidades de ascenso directo en los dos próximos compromisos seguidos ante los únicos rivales que le anteceden en la clasificación

Carpio (d) pugna con Akapo por el balón en una acción del partido contra el Huesca de la primera vuelta disputado en El Alcoraz.

Carpio (d) pugna con Akapo por el balón en una acción del partido contra el Huesca de la primera vuelta disputado en El Alcoraz. / lof

Ea partir de ahora empieza la batalla contra los rivales de la zona de arriba, la apasionante lucha de poder a poder entre los mejores, enfrascados en el sprint definitivo en la dura pugna por los tres premios gordos que aún están asignar. Nada que ver con el curso anterior, cuando el Levante y el Girona tenían más que encarrilado el salto a la élite del balompié español a estas alturas del campeonato y sólo quedaba una plaza libre a través de las eliminatorias (subió el Getafe).

Quedan auténticas finales en las que el Cádiz se juega el ascenso contra rivales directos en la persecución del mismo objetivo. Ni más ni menos. Pura adrenalina. Los dos partidos que se avecinan frente a los dos únicos conjuntos que le anteceden en la tabla medirán la verdadera temperatura de un equipo amarillo que da la sensación de que va a más en las últimas jornadas, aunque cada encuentro es una batalla de 90 minutos con un desenlace imprevisible. La mejoría experimentada en los recientes choques contra contrincantes ubicados en el sótano de la categoría de plata tiene que confirmarla ahora en el cuerpo a cuerpo contra los adversarios más potentes. Es el mayor desafío. En siete días se juega media vida contra el Huesca y el Rayo Vallecano, las dos citas en Semana Santa. Está en juego el ascenso directo. Si salda esos dos encuentros con victoria -primero en casa contra los oscenses el Lunes Santo y después ante los madrileños en la capital de España el Domingo de Resurrección-, dará un paso de gigante e incluso tendría opciones de colocarse al frente de la tabla a falta de nueve capítulos para el epílogo liguero.

Si sucede lo contrario y no suma, el reto de subir por la vía rápida se complicaría y se centraría en la lucha por un billete para el play-off.

El Cádiz depende de sí mismo para completar una gesta difícil pero no imposible. Hay una docena de candidatos que llama a las puertas de Primera en el torneo más igualado de los últimos años. La moral está por las nubes en un vestuario donde se entremezclan la ambición y la prudencia. Sobran ganas de hacer algo grande -la pasada temporada se quedó cerca- pero sin ir más allá del paso a paso. Saben que pueden ganar pero que también pueden perder porque el equilibrio es constante a lo largo de la Liga.

El Huesca demostró su poderío en el envite de la primera vuelta, cuando los amarillos cayeron 1-0 en El Alcoraz en un partido con mal sabor de boca porque además de la derrota ofrecieron la cara más oscura. Frente al Rayo Vallecano, los futbolistas de Álvaro Cervera plantaron casa en casa a uno de los huesos de la competición en un choque resuelto sin goles (0-0).

La opción está abierta para que el Cádiz pueda incluso superar en el goal average particular a las dos escuadras. Para ello debe imponerse a los aragoneses por más de gol y vencer en Vallecas. Tarea complicada pero no descartable en ninguno de los dos casos.

Cervera, sus ayudantes y los jugadores prepararán cada partido a conciencia, con la idea de la victoria. Cada rival requiere una manera de emplearse para contrarrestar sus cualidades y está por ver si el entrenador recupera el trivote del que se ha valido a lo largo de casi toda la campaña o persiste en su apuesta por dos medios y un mediapunta como en las últimas dos semanas. La entrada en escena de Alberto Perea, con un protagonismo que va en aumento, hace que el técnico se decante por el albaceteño en tres cuartos en busca de talento cerca de la portería contraria. Si algo necesita el Cádiz es gol.

El equipo empieza hoy a preparar el duelo contra el Huesca una semana de trabajo atípica al disputarse el choque el próximo lunes. El plan de trabajo cambia. Los amarillos se ejercitan martes, miércoles y jueves en El Rosal, descansan el viernes y vuelven a entrenarse el sábado y el domingo en las dos últimas sesiones antes del encuentro.

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