Cádiz CF

Zarpazo inaplazable

  • El equipo amarillo pisa el Sánchez Pizjuán con la necesidad de ganar y dar un paso decisivo hacia la fase de ascenso

  • Brian y José Mari, novedades ante un filial que se crece en casa

Llega la hora de la verdad. Una de las varias finals que quedan hasta el epílogo del curso. Es el partido más importante de la temporada a día de hoy. Ya vendrán otros en las próximas semanas. El Cádiz afronta una oportunidad de oro, nada sencilla, de dar un paso decisivo hacia la fase de ascenso que puede convertirse en definitivo en caso de victoria si además no vencen Real Oviedo y Huesca, dos rivales directos que marchan por debajo en la clasificación.

El conjunto amarillo alcanza la 40ª jornada, la antepenúltima de un torneo que se hace intereminable, en un contexto que ni los más optimistas del lugar imaginaban antes de iniciar la campaña del anhelado retorno a la categoría de plata. No ha pasado un año del aquel inolvidable ascenso logrado en Alicante cuando ahora anda metido lleno en la pugna por el éxito histórico que sería dar el salto a la élite sin la más mínima transición. Lo tiene en su mano. Se juega buena parte de sus posibilidades en un escenario de Primera División frente al Sevilla Atlético (a partir de las seis de la tarde, ofrecido en directo por televisión a través de LaLiga 1|2|3, Vodafone, Orange y Telecable).

El estadio Ramón Sánchez Pizjuán acoge un duelo entre un equipo, el visitante, con una ilusionante tarea aún por completar y otro, el local, que ya ha cumplido con holgura su misión de la permanencia pero que saldrá con la máxima motivación.

Los de Álvaro Cervera se presentan en la capital hispalense conscientes de lo que hay en juego y arropados por una legión de aficionados que acompaña a los suyos en una cita de especial relevancia. Más de 7.000 seguidores amarillos invaden Nervión para poblar las gradas y dar su incondicional aliento a un equipo obligado a sumar los tres puntos si no quiere poner en riesgo su privilegiada situación en la tabla. Ocupa una quinta posición que pretende consolidar sin renunciar a escalar algún peldaño más. Depende de sí mismo para terminar entre los seis primeros y hacer realidad el sueño.

Los gaditanos dirimen su futuro deportivo a corto plazo justo la semana en que el lío institucional irrumpe en escena de manera abrupta una vez que un auto del Juzgado de Primera Instancia ha acordado la ejecución provisional de la sentencia de 2016 que declaró nula la subasta notarial, realizada el 3 de diciembre de 2013, de las acciones compradas en su momento por Sinergy a Antonio Muñoz.

Eso supone que en principio ese paquete accionarial -mayoritario- vuelve a manos de los empresarios italianos que en su día estuvieron cerca de provocar la desaparición del club con su nefasta gestión, aunque en esta ocasión no se quedan, sólo buscan dinero.

La plantilla se aísla de todo ese embrollo accionarial y se centra al cien por cien en los 90 minutos que son una final. El preparador cadista dispone de todos sus hombres con la excepciones de los lesionados Gastón Del Castillo y Dani Güiza, que no son primeros espadas. La gran novedad es el regreso de José Mari, considerado un jugador clave por Cervera, como en alguna ocasión ha llegado a confesar el técnico. El centrocampista, ausente por sanción en el choque contra el Córdoba, tiene todas las papeletas para tener un sitio en la medular a priori junto a Garrido, aunque no se puede descartar a Rafidine Abdullah, uno de los destacados del último envite. La otra novedad la protagoniza Brian, que vuelve al lateral izquierdo en detrimento de Luis Ruiz. El resto de la alineación estará formada en principio por el bloque habitual por el que apuesta el entrenador en fechas recientes: Alberto Cifuentes en la portería, una defensa formada por Carpio, Aridane, Sankaré -además de Brian-; Salvi y Álvaro García en las bandas, Ager Aketxe en funciones de mediapunta y lanzador de balones parados, y Alfredo Ortuño como hombre más adelantado. El once de gala para medirse a un adversario que se hace fuerte en su terreno, donde ha fraguado su excelente ejercicio liguero. Un filial que saldrá a por todas, sin regalar nada, que aboca al Cádiz a ofrecer su mejor versión para optar a un triunfo que necesita sin dilación después de encadenar tres empates consecutivos y de haber ganado sólo uno de los últimos nueve compromisos mientras enlaza ocho partidos sin conocer la derrota. Una trayectoria aún abierta de tintes paradójicos que hoy trata de hacer buena con tres puntos de auténtico valor.

Ganar es un factor clave a estas alturas del campeonato. Sería una pena que el Cádiz se desinflara en la recta final después de haber residido 23 jornadas en los puestos de play-off. Hoy no es día para cometer errores que en otros duelos han evitado victorias. Los amarillos, además de su habitual intensidad, deben estar concentrados de principio a fin y sobre todo acertar en las dos áreas. Si hay algo por lo que sobresale el conjunto gaditano en las últimas semanas es por su fiabilidad fuera de casa a la hora de cosechar puntos. No ha perdido en sus cinco salidas más recientes -contra Girona, UCAM Murcia, Huesca, Alcorcón y Real Zaragoza- y sus últimas dos victorias las ha abrazado a domicilio -en Montilivi y Santo Domingo-.

El objetivo es prolongar la racha sin perder pero con algo más que un empate. Urge un triunfo con el que avanzar con paso firme hacia la contienda definitiva. Orden, esfuerzo, solidez, velocidad, remate... El Cádiz está llamado a sacar lo mejor de sí mismo en un envite trascendental. El equipo encara un examen que se ha preparado a conciencia para estar a la altura. Y más de que juegue bien o mal, lo que de verdad importan son los puntos. Hoy más que nunca.

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