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Vaya par de verdugos

  • El Almería pulverizó al Cádiz (1-4) en la temporada 1998/99 con Ramón Blanco como entrenador y Álvaro Cervera marcando un golazo

La máquina del tiempo nos traslada al 14 de marzo de 1999, un domingo de fútbol en el Ramón de Carranza como tantos otros desde que fue inaugurado en 1955. Cádiz y Almería CF, denominación original del club fundado en 1989 y que desde 2001 pasó a llamarse oficialmente UD Almería, se enfrentaban en encuentro correspondiente a la 28ª jornada del grupo IV de Segunda División B. Los locales, aspirantes a la disputa de la fase de ascenso a la categoría de plata, llegaban en la séptima posición con 44 puntos mientras los visitantes lo hacían en el 18º lugar con 26. La sorpresa saltó ya que el conjunto entrenado por Jordi Gonzalvo no solo fue derrotado delante de su indignada afición sino que además sucumbió con estrépito (1-4). Perdió en casa por tres goles de diferencia, algo que en todas las campañas cadistas en la maldita Segunda B únicamente se vio empeorado con el 0-4 sufrido frente al Sevilla B en el curso 1997/98.

Aquel inolvidable desastre ofrece un par de curiosidades bastante relevantes en lo que respecta a sus protagonistas justo antes de que tal duelo se repita este domingo en idéntico, aunque remozadísimo, escenario. Entre los verdugos aquel día de un conjunto gaditano que estaba dando demasiados tumbos a lo largo de la campaña cabe destacar la presencia en el banquillo almeriense de Ramón Blanco, ex jugador y ex entrenador del Cádiz. Precisamente, este gaditano nacido en Galicia había sido el técnico que la temporada anterior había clasificado al equipo amarillo para la fase de ascenso, en la cual un sorteo malévolo lo reunió en un grupo letal con Barcelona B y Real Madrid B. Pues Blanco le dio un repaso táctico imponente a su colega Gonzalvo y eso propició la paliza reflejada en el marcador final.

Mas no queda ahí la cosa. Uno de los jugadores de carácter más ofensivo de la alineación titular de aquel inspiradísimo Almería era un elemento cargado de talento, que no por casualidad había defendido en cuatro oportunidades la camiseta de la selección española absoluta.

Ese futbolista de tomo y lomo, un veterano que era todo un lujo para un equipo como el Almería CF, respondía al nombre de Álvaro Cervera. ¡Cuántas vueltas da la vida! Entonces verdugo del Cádiz y hoy héroe del cadismo. Álvaro marcó en el minuto 78 el gol que significaba el 1-2. Más bien un golazo, pues nuestro compañero Antonio Díaz lo destacaba en el recuadro destinado a Lo mejor del partido con la siguiente descripción: "El que tuvo y retuvo, guardó para la vejez. Tras robar un balón, lo condujo unos metros y al ver a Armando adelantado le hizo una vaselina de esas que merecen que se vean los pañuelos en las gradas".

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