Sevilla Atlético 0-0 Cádiz CF

Un punto en un mal partido

  • El Cádiz empata en el campo del colista y acumula cinco jornadas sin ganar y sin marcar

El Cádiz arañó un empate sin goles en el campo del Sevilla Atlético en un mal partido entre dos equipos que se empeñaron en demostrar su falta de puntería y su dinámica envuelta en dudas. Pareció más un encuentro del pasado reciente cuando los dos se citaban en Segunda B que un duelo de la categoría de plata. Los gaditanos encadenaron su quinto choque sin ganar y sin marcar y, aunque mejoraron algo tras el intermedio, no destiló buenas sensaciones más allá del punto sumado ante el colista.

Álvaro Cervera introdujo cuatro cambios en la alineación, unos obligados y otros en busca de frescura. Algo había que cambiar. Entraron en defensa Rober Correa y Kecojevic, Álex Fernández estrenó titularidad en la Liga en detrimento de Garrido -fuera de la convocatoria definitiva- y Álvaro García, con su ingreso en el once después de reaparecer ante el Osasuna en la segunda parte, relegó a Aitor a su primera suplencia liguera de la temporada.

Las precauciones defensivas marcaron el paso de los dos equipos marcaron el paso desde los compases iniciales. El medio a perder de ambos era evidente. Los gaditanos, ayer con camiseta azul con franja diagonal amarilla y pantalón también amarillo, se desplegaron con orden y poco a poco se fueron soltando en ataque hasta que dieron el primer aviso en el minuto 10 con un cabezazo de Álvaro García -tras un excelente servicio de Álex Fernández- en modo vaselina que Caro desvío a córner a lo justo para evitar el 0-1.

El dominio era alterno pero con escasa profundidad, en el caso de los visitantes por exceso de pelotazos o por errores en el último pase. La pelota cambiaba de bando con tanta rapidez que impedía cualquier acción trenzada. El juego se volvía embarullado, con un acentuado derroche físico que convertía el partido en un combate de resistencia en el que los foráneos iban perdiendo contacto con el balón y cedían la iniciativa a los locales, que apretaban sin llegar a poner el esférico entre los palos gracias a la eficacia de una zaga liderada por Servando hasta que a la media hora Alberto Cifuentes se tenía que emplear a fondo para repeler el disparo de Carlos Fernández, que había entrado hasta la cocina.

Un día más, para no perder costumbre, el Cádiz carecía de ideas en tareas ofensivas. Las limitaciones volvía a quedar al descubierto. Algún intento de Salvi por la derecha, alguna galopada de Álvaro García por la izquierda y poco más. Casi nada. Rubén Cruz, en tres cuartos, trabajaba más en labores de destrucción que de construcción y David Barral aparecía a lo lejos como una isla arriba, sin un balón que llevarse a sus botas en una batalla en solitario El Cádiz era incapaz de hacer sufrir a un rival cada vez más cómodo con el cuero aunque con la inocencia que suele caracterizar a un filial.

Con un equipo, el gaditano, diluido como un azucarillo, la mejor noticia era el anuncio del descanso que dejaba atrás un primer acto de mucho esfuerzo y nada de fútbol, que había cogido el puente del Pilar. Se notó sobre el césped la presencia de dos contrincantes enredados en una mala racha, generadores de pocas ocasiones. Una para cada conjunto en los 45 minutos iniciales en un duelo tan malo como equilibrado, sostenido por el interés de un marcador igualado.

Los de Cervera no desprendían sensaciones positivas, ocupados en tapar espacios y con poca inclinación al ataque.

Los amarillos ofrecían síntomas de mayor ambición en la reanudación aunque sin llegar a conectar de verdad en los metros finales. Cuando avanzaban hasta las proximidades del área faltaba el pase definitivo. Así una y otra vez, como en el centro defectuoso de Álvaro García en el 55 después de llegar hasta la línea de fondo muy cerca de la portería. Brian lo intentaba dos minutos después con un centro chut que atrapaba Caro. La réplica inmediata la daba Mena con un latigazo desde la frontal que se escapaba por poco se volvía loco en un abrir y cerrar de ojos, como si los equipos acusaran el esfuerzo. Álvaro García casi marcaba en el 59 con un zurdazo por alto que sacaba Caro con una mano salvadora. Las ocasiones animaban un duelo escaso de calidad, que llegaba a su fase decisiva con todo por resolver.

Con poco más de 20 minutos por delante, Cervera se decidía a mover el banquillo con la apuesta por Alberto Perea en lugar de Barral y por Moha como relevo de Álvaro. El Cádiz encaraba la recta final con un delantero, Rubén Cruz, sin gol desde hace más de un año. Cualquiera de los dos equipos disponía de claras oportunidades, pero se empeñaban en demostrar su desacierto. Mena remataba alto completamente solo delante de Cifuentes poco antes de que Carlos Fernández, muy escorado, mandase el esférico a un lateral de la portería. Salvi, ubicado en la izquierda, llegaba hasta el corazón del área y su derechazo lo desviaba un zaguero cuando llevaba buena dirección. El sanluqueño desbordaba con facilidad por ese lado pero no su velocidad no tenía efectos reales en el marcador.

La cercanía del pitido final infundió respeto a los dos contendientes, más preocupados de no perdr que de ganar. Los anfitriones se quedaban con un jugador en el 84 por la expulsión de Matos por doble amarilla, aunque la lesión de Moha -en el campo pero renqueante- equilibraba las fuerzas.

El partido moría con un justo reparto de puntos y José Mari sobre el césped en los minutos finales. El roteño no jugaba desde la primera jornada.

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