El aterrizaje de Quique Pina en el Real Oviedo sigue estando cada vez más cerca, sobre todo después de la reunión que ayer mantuvo el empresario murciano, y a su vez actual presidente del Granada y gestor deportivo del Cádiz la pasada temporada, con Agustín Iglesias, alcalde de la capital asturiana. Ya existe un principio de acuerdo para que Pina se haga cargo de la gestión deportiva de la histórica entidad del Carlos Tartiere.

La situación del Oviedo es diferente a la cadista desde el momento en el que el Ayuntamiento es el segundo máximo accionista de la sociedad. La idea en el club carbayón es realizar una reducción de capital y luego hacer una ampliación que revalorice las acciones municipales y las de todos los accionistas minoritarios, al tiempo que perderían peso las del actual máximo accionista, Alberto González, quien, además, está prácticamente apartado de la gestión de la sociedad azulina.

Esa operación es la única solución porque daría viabilidad a la entidad y cuenta con el visto bueno del alcalde, que ha sido uno de los requisitos que ha pretendido atar cuanto antes el empresario murciano. A partir de ahí todo depende de la Junta de Accionistas que se celebrará el 11 de julio, ya que será el escenario en el que se deban aprobar todos los movimientos en el accionariado para que el plan que propone el presidente del Granada siga adelante.

El papel del equipo de Pina sería el del diseño de la plantilla para la campaña 2012-13, recurriendo para ello a la amplia cartera de futbolistas que baraja. El hombre referente en el club sería Pedro Cordero, que ha realizado una labor similar en el Tenerife durante el último ejercicio liguero. Cordero está llamado a convertirse en el director deportivo

El Oviedo es, como el Cádiz, otro histórico que milita en Segunda B y que tiene la necesidad de retornar a la categoría de plata para que su futuro se asiente sobre una base sólida de la que ahora mismo carece.