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Quedan cuatro gatos

  • La salida de Migue González, Aridane, Dani Güiza y Carlos Calvo deja en la plantilla a Alberto Cifuentes, Servando, Álvaro García y Salvi como únicos supervivientes del ascenso logrado en Alicante.

Cifuentes es ahora el jugador de la plantilla con más partidos ligueros.

Cifuentes es ahora el jugador de la plantilla con más partidos ligueros. / lof

Para los más nostálgicos del lugar, la salida este verano de algunos de los futbolistas que, en mayor o menor medida, fueron artífices del inolvidable ascenso de hace poco más de un año en el Rico Pérez de Alicante puede resultar un importante golpe emocional. De hecho, de aquel grupo de jugadores que hizo disfrutar a la afición en la recta final del curso como nadie podía imaginar, no en vano firmó un ascenso a Segunda que parecía impensable, a día de hoy sólo permanecen en la plantilla cuatro.

En 13 meses, los responsables deportivos del club le han dado al plantel la vuelta como si se tratara de un calcetín. No caben reproches porque los resultados se antojan incontestables. Las decisiones tomadas por el presidente, Manuel Vizcaíno, y el consejero delegado, Quique Pina, siempre con la colaboración de su mano derecha, Juan Carlos Cordero, y por supuesto con el visto bueno del entrenador, Álvaro Cervera, han resultado acertadas en un porcentaje elevadísimo. La permanencia conseguida a falta de muchísimas jornadas y la clasificación para la fase de ascenso a Primera hablan más que las palabras. Por triste que pudiera resultar para muchos, por más que todos los integrantes de aquel grupo fueran renovados de forma automática como premio por el salto a la categoría de plata, lo cierto es que el sentido común se impuso y los rectores confeccionaron un cesto eligiendo con criterio y con más cabeza que corazón los mimbres necesarios.

De este modo, de la plantilla que selló la vuelta a Segunda al cerrar la impecable fase de ascenso con el triunfo por la mínima a domicilio contra el Hércules la entidad abrió la puerta en verano del pasado año a Pol Ballesté, Andrés Sánchez, Fran Machado, Lolo Plá, Pavez, Jandro, Despotovic, Nana, Xavi Carmona y, sobre la bocina, a David Sánchez, posiblemente protagonista de la operación más criticada por el cadismo en aquel instante.

Ya inmersos en la campaña 2016/17, el mercado de invierno supuso el adiós de otros tres componentes de aquella plantilla que habían tenido un peso específico en el logro, casos de Abel Gómez, Mantecón y Juanjo. Y el broche al presente ejercicio ha representado la despedida de otros cuatro héroes para la hinchada amarilla por lo mucho que aportaron para hacer posible la hazaña: Migue González y Aridane como guardianes de la fortaleza, Carlos Calvo como autor del tanto de falta que dio ventaja en el Carranza en la tercera y última eliminatoria y Dani Güiza al marcar el gol en Alicante.

Así las cosas, de aquellos futbolistas que lograron el ascenso sólo continúan en el actual plantel del Cádiz cuatro: el guardameta albaceteño Alberto Cifuentes, el defensa isleño Servando, el utrerano Álvaro García y el también extremo sanluqueño Salvi Sánchez.

Al margen de todos los citados, hay tres jugadores que se encuentran a las órdenes de Cervera y que merecen una mención aparte porque se trata de situaciones excepcionales que pueden dar lugar a interpretaciones. El lateral izquierdo Tomás fue cedido a mitad de la temporada 2015/16 al Granada B y, aunque contribuyó al éxito, no formaba parte del plantel del ascenso. Igualmente, el vasco Jon Ander Garrido se marchó como cedido al Racing de Ferrol también en el mercado de invierno y tampoco fue protagonista de la alegría en Alicante. Es más, en el caso del medio centro se da la circunstancia de que incluso fue rival del Cádiz en la primera eliminatoria disputada contra el conjunto gallego. Por su parte, el canterano Alberto Quintana participó durante la campaña en algunos encuentros pero lo hizo siendo integrante del Cádiz B antes de irse cedido en verano.

Cifuentes, Servando, Álvaro y Salvi. Eso es lo que queda de aquel inolvidable ascenso. Bueno, eso y Cervera, que no es poco. Bueno, eso y el espíritu de un lema que permitirá al cadismo creer sean cuales sean las adversidades.

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